El pasado día 24 de abril, el Partido Popular, emitía a las seis de la tarde, un comunicado, como consecuencia de la decisión de Esperanza Aguirre de presentar su dimisión como portavoz del Grupo Popular y dejar el acta de concejala en el Ayuntamiento de Madrid. En el segundo párrafo del citado comunicado, se dice: El Partido Popular valora y reconoce la larga trayectoria política y considera que ha sido una persona relevante para la propia organización.

Para una persona como Esperanza, que le ha dedicado al menos los treinta últimos años de su vida al Partido, se la despachan, con setenta palabras, después de haber dicho de ella tantos y tantos elogios, alabanzas, y puestas de mano en el fuego. La verdad es que no nos debe extrañar este comportamiento de los dirigentes del PP, pues ello suele ser harto frecuente, el despedir de esa manera a aquellas personas que lo dieron todo por el bien de la propia organización pero que han sido incapaces en algunos momentos de ser críticos o tan solo mostrar disconformidad con algún planteamiento o propuesta de los cabecillas. Eso es lo que yo entiendo que le ha ocurrido a Esperanza Aguirre, en determinados momentos se enfrentó al "aparato del partido", y eso nunca se lo pudieron perdonar, porque hay organizaciones en las que pensar de distinta manera al "mando" se considera una total falta de disciplina y lealtad. Alguno de esos casos recuerdo que fueron cuando se enfrentó al propio Ruiz Gallardón para ir los dos en las listas del Congreso de los Diputados por Madrid, o cuando defendió a capa y espada a su brazo derecho, Ignacio González, hoy en la cárcel como consecuencia de la operación Lezo, para dirigir Bankia? Efectivamente son pulsos que al Sr. Rajoy, no le gustan que se le planteen, por mucha estima que él tenga sobre la persona que trata de cuestionar alguna de sus decisiones.

Después de lo dicho, estoy totalmente de acuerdo que Esperanza tenía que dimitir de sus cargos políticos, más que nada por la, cuando menos, falta de vigilancia y control sobre lo que acontecía en la Comunidad de Madrid, de la cual era su presidenta, además de serlo del propio partido madrileño. La llamada "responsabilidad in vigilando" es algo inherente a las personas, sobre todo cuando ocupan puestos de responsabilidad y que tienen personal a su cargo. Ella no lo hizo, al menos eso es lo que ella pretende transmitirnos, pero estoy convencido que tenía perfecto conocimiento de lo que acontecía en la contabilidad de la propia organización y la procedencia de los fondos. ¿O alguien se puede creer que los inmensos gastos que se producían en las campañas electorales del PP en Madrid, eran satisfechos con las cuotas de los afiliados? Ni ella misma se lo puede creer, por mucho que llegue llorada a la política.

Esperanza militó durante cuatro años en partidos liberales, hasta el 87, que se integró en AP, digo esto, más que nada porque en tal fecha como la de su última dimisión, el 24 de abril, pero de 1521, fueron ejecutados, Padilla, Bravo y Maldonado mediante la decapitación, aquellos liberales que encabezaron la guerra de las Comunidades en Castilla, con el objetivo tan noble de lograr una mayor libertad y orden en aquella España y la Europa del absolutismo.