Hace unos días se publicó el Ranking Académico de Universidades del Mundo 2017, y he visto el papel que juegan nuestras universidades en el contexto mundial. La verdad que no es como para estar contentos con la situación de nuestro país.

Permítanme que hoy les ofrezca en gran parte toda una serie de datos, con escasos comentarios sobre los mismos, porque son tan evidentes que no merecen la pena el extenderse en apostillar sobre la mayoría de ellos.

Solamente voy a tratar de dar unos datos, antes de referirme a informe mencionado, como es el que las tres universidades más antiguas del mundo son: Universidad de al-Qarawiyyin en Fez, Marruecos, que fue fundada en el año 859 por Fátima al-Fihri, cuando los árabes dominaban la península ibérica. La segunda fue la universidad de Al-Azhar, en el año 970 en Egipto. La tercera fue la de Nizam al-MulkNizamiyya, fundada por el siglo Xl en Irán.

La primera universidad europea es la de Bolonia, creada en el año 1088 en Italia. Doscientos años después de la de Marruecos.

La primera universidad española fue la de Salamanca, en el año 1218, por el rey leones Alfonso lX.

En el mencionado Ranking, entre las 50 universidades mejores del mundo, figuran: 40 norteamericanas, y en primer lugar la de Harvard; 4 inglesas, Oxford en el número 7 y Cambridge en el 10; 2 canadienses, Toronto en el 18 y Columbia en el 27; 1 Suiza; 1 japonesa y 2 chinas.

La primera universidad española figura, salvo error u omisión, en el número 152, que es la de Barcelona, y a continuación ya bajamos al número 312, con la Politécnica de Barcelona, y llegamos al dígito 478 con la de Santiago de Compostela. Entre las quinientas mejores universidades del mundo solo figuran nueve españolas.

¿Cómo es posible que un país como España, Imperio durante siglos, del que llegó a decirse: "En sus tierras jamás se pone el sol", fueron sus gobernantes tan ciegos que no supieron o no quisieron ver, que la cultura, la educación y la formación son las armas más importantes de un país o una nación?

La inversión en la Educación Superior en España, durante el último quinquenio (2010-2015), disminuyó de una manera notable, como veremos, porque para nuestros gobernantes la Universidad sigue sin ser una prioridad.

En el periodo de tiempo al que he hecho referencia, ninguna Comunidad Autónoma, que son las que tienen competencia universitaria, han incrementado su presupuesto en esta finalidad para dotarlas con más medios humanos, materiales, así como para investigación. Las universidades públicas españolas han perdido más de 1.500 millones de euros a base de reducir sus presupuestos año tras año, así, el propio Ministerio redujo su partida en un 3,56%; Galicia en un 9,83%; Comunidad Valenciana en un 12,44%; Andalucía en un 14,90%; en Madrid se redujo un 16,18%; en Cataluña un 18,59% y por no poner más ejemplos, en Castilla La Mancha un 23,14%, la que más redujo de todas las Comunidades Autónomas.

En el mismo periodo de tiempo, se redujeron los gastos de personal en nuestras universidades públicas en más de 500 millones de euros, mientras que el número de alumnos se mantenía.

A la vista de todos estos datos, no nos puede extrañar que en el ranking mundial de las mejores universidades del mundo, ocupemos los puestos que ocupamos.