"Vivo pendiente del móvil por si me llaman de Educación para ofrecerme una sustitución, y consulto varias veces al día la página web de la Xunta, donde están colgadas las listas de las bajas, para saber cuáles son mis opciones, y seleccionar bien centro, porque en cuanto te llaman tienes que aceptar o rechazar la sustitución y elegir el colegio, si te dan opción", explica Rabel Abad, diplomada en Magisterio en la especialidad de Inglés, y con seis oposiciones desde 2003 a sus espaldas, de las cuales cuatro las aprobó, pero con nota insuficiente para hacerse con la plaza de funcionaria. En su currículo, también figuran clases en nueve colegios diferentes desde noviembre de 2007 en la provincia de Pontevedra. Tiene una hija, y no se quiere alejar de ella, así que sólo acepta sustituciones que le permitan volver cada día a Vilagarcía.

Raquel confía en trabajar este año, pues es la número 26 de la lista de espera, y así seguir "pillando tablas" porque como profesora suplente una se "curte mucho": "Aprendes mucho en cada centro, de cada docente y de cada alumno".