La atleta gallega Ana Abel ha ganado hoy "La carrera de la mujer 2010", una prueba de carácter solidario y no competitiva a favor de la lucha contra el cáncer de mama que se celebró entre el Monte do Gozo y la Plaza del Obradoiro, en Santiago, y en la que participaron unos 3.000 corredores.

La presentadora de televisión y actriz Anne Igartiburu, que es madrina de la carrera y participó en la misma, declaró que para ella "ha sido un paseo que le ha permitido disfrutar de las vistas y, sobre todo, de la llegada a la plaza del Obradoiro, que es preciosa".

Recordó que esta carrera es "una fiesta que merece la pena, porque hay muchísimas corredoras que han superado la enfermedad, o madres que corren con sus hijas. Es -afirmó- un punto de encuentro de muchas cosas, es muy bonita, de verdad".

La llegada de las participantes a la plaza do Obradoiro dejó entrever entre los corredores que el intenso calor era el auténtico enemigo de una prueba de por si corta, de unos cinco kilómetros, aunque para Carmen Milans del Boch, que sufrió por dos veces cáncer de mama y que trata de disputar las nueve pruebas de que consta la carrera, "valió la pena" el esfuerzo que hizo.

Casi sin aliento Carmen declaró al cruzar la meta que "el cáncer de mama es una enfermedad que cogida a tiempo se cura, yo soy un buen ejemplo de ello".

La prueba no competitiva fue ganada por tres atletas ya consolidadas como Ana María Abel, Chus Valiño y Julia Vaquero y detrás de estas entraron cerca de 3.000 corredores, la mayoría mujeres.

Ana Abel declaró nada mas entrar en meta que para ella es un lujo que haya llegado esta carrera a Galicia "y poder correr delante de mi gente y de mi público", y recordó que ella se involucró en este proyecto ya desde el primer año.

También el secretario xeral para o Deporte, José Ramón Lete Lasa, expresó su satisfacción antes de la entrega de premios por el éxito de la prueba en la que se batió el récord de inscripción, "hemos -dijo- acertado con el producto y, por lo tanto, esta prueba ha venido para quedarse, es una buena apuesta por el deporte y por la mujer".

La llegada de los corredores, la presencia de turistas y de peregrinos y una alfombra floral que se encontraba en el centro de la plaza, hicieron que el Obradoiro se quedara pequeña para recibir a los visitantes en este Xacobeo que no se volverá a repetir hasta pasados once años.