El músico, escritor y cineasta gallego Antón Reixa (Vigo, 1957) es uno de los quince miembros de la Comisión de Reforma Electoral de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), cuyas propuestas de cambio estatutario se someterán a la decisión de la asamblea general prevista el 30 de noviembre en Madrid. El acuerdo de esta asamblea determinará la celebración de nuevas elecciones en enero de 2012.

-Usted forma parte de la comisión que trabaja en la refundación de la SGAE tras la intervención judicial en julio pasado. ¿Cómo ha sido el trabajo hasta ahora y en qué situación se encontraron la entidad?

-Lo único bueno que ha tenido esa intervención judicial es que se ha producido una reacción de los socios, se ha incrementado muchísimo la participación en todo lo que tiene que ver con la SGAE, y fruto de ello es la comisión que ha elaborado esta propuesta de reforma de estatutos y del proceso electoral. Hay que pensar que la mayoría de los socios, como es mi caso que llevo 25 años en la casa, solo una vez ha ejercido el derecho a voto. Los autores somos los que queremos tener protagonismo en la entidad que gestiona nuestros derechos, y no dejarlo en otras manos que puedan dar lugar a este tipo de situaciones tan oscuras. Si se confirman esas prácticas, estamos ante algo perverso porque es el dinero de ciudadanos y empresas que han pagado legalmente, y que han visto que ese dinero ha ido a fines espurios.

-¿Qué reportará al socio y al futuro de la SGAE el modelo que propone la comisión de reforma electoral?

-La propia comisión de los 15 que hemos elaborado esta propuesta fuimos elegidos por votación en asamblea, todos teníamos anteriormente algún tipo de representación, bien territorial o formando parte de asociaciones de artistas o de autores, o incluso la parte más crítica de la otra directiva, que fue la que propició la salida de Teddy Bautista desde que se produjeron las detenciones, y el resultado de todo esto es una reforma de estatutos, que no es una refundación, que es algo que tendrá que acometer la próxima junta directiva que tendrá una mayor legitimidad si se aprueban los estatutos

-Entre las propuestas de la comisión destaca la ampliación del censo de votantes de la sociedad, que crece en más de un 150%.

-Así es, pasamos de contar con unos 8.000 socios con derecho a voto a más de 20.000 porque se ha aplicado el criterio de que cualquier socio que haya recaudado en los últimos cuatro años algo más de 650 euros tiene derecho a voto. También hay que decir que hay una circunstancia que nos sorprendió, porque de unos 100.000 socios la mitad no ha cobrado nunca derechos.

-¿Por qué no han cobrado derechos estos autores?

-No lo acabo de discernir bien. Quizás a alguien le interesó que la gente se pudiera hacer socio de la SGAE sin mucho requisito, o autores que igual confunden la SGAE con el registro de la propiedad intelectual. Hemos acudido a una comparativa con otras entidades de gestión europeas, y es cierto que en todas existe un sistema de voto ponderado que según la recaudación, el socio tiene más votos. Lo que está claro es que habrá que seguir en el camino de la homologación con Europa.

-La comisión también condena el tráfico de votos y prohíbe la contratación de personas o empresas que hagan este trabajo en la línea de evitar los errores del pasado.

-Se elimina el voto delegado, que se va a poder utilizar en decisiones puntuales que afecten a la asamblea pero en las elecciones nunca la voluntad política se delega. Había un circuito de recogida de votos que queda invalidado y se limpia mucho el voto por correo con un sobre que va directamente al notario. Antes iba dirigido a la SGAE, y en algún momento llegaría al notario, pero no sabíamos lo que ocurría en ese tiempo.

-¿Ha sido difícil convencer a los socios de la necesidad de hacer causa común para reflotar la SGAE y limpiar la imagen que ha proyectado en los últimos meses tras la detención de Teddy Bautista?

-Ha sido una cuestión de coraje. Lo que pasa en julio ocurre en un contexto donde los derechos de autor estaban en entredicho, y hay que reivindicar lo que tiene el derecho de autor de justicia social, es un valor a defender, y además tenemos que transmitir a la opinión pública que esta es una sociedad transparente, un instrumento útil para los usuarios de la cultura, no es una agencia de recaudación.

-¿Le toca a la nueva junta directiva mejorar la imagen y convencer a la sociedad?

-No bastaría con mejorar la imagen de la sociedad, habría que cambiar hasta el nombre. Hay que cambiar las prácticas con humildad y transparencia. Es absolutamente trasnochado el criterio que se tenía con el canon digital, no se pueden cometer barbaridades como los conflictos con la recaudación en conciertos solidarios o benéficos, y habrá que adecuarse a los pequeños empresarios con negocios.

-La red Arteria ha dejado muy tocada la tesorería de la entidad.

-Es un problema que tendrá que atender la próxima directiva. Se han perdido muchísimos recursos en crear una red de teatros que nada tenía que ver ni con los intereses de los autores ni de la promoción de nuevos talentos, ha sido absolutamente megalómana, se ha apoyado en créditos avalados por la propia recaudación de derechos de autor, con lo cual es un peligro, y en el futuro habrá que revisar todo esto.