El PSOE denunció ayer las consecuencias de la austeridad que la Xunta aplica al servicio sanitario, que se derivan en que no se cambien a diario las sábanas de las camas los hospitales, que solo se entregue una toalla pequeña a los pacientes para la ducha o que algunos incluso tengan que llevar una fiambrera de casa con galletas aptas para diabéticos y café descafeinado. De este modo lo aseguró ayer la diputada socialista Carmen Acuña para reflejar el "deterioro" en que, a su juicio, se mueve la sanidad gallega.

"La austeridad se aplica hasta al lavado", censuró la parlamentaria. "Antes había un una toalla grande para el baño y otra pequeña para las manos. Ahora facilitan una pequeña y punto", aseveró, según los testimonio recogidos de familiares de pacientes y de personal sanitario.

Solicitado un pronunciamiento de la Consellería de Sanidade sobre el alcance de estas denuncias, el departamento de Rocío Mosquera prefirió no responder.

En el "retrato" realizado de la sanidad pública gallega por parte de la diputada Carmen Acuña, enumeró también el "maquillaje de una listas de espera "catastróficas", los "pagos y repagos" de fármacos y material ortoprotésicos, y el "ERE encubierto" a través de jubilaciones forzosas. "Los cuidados hospitalarios son cada día peores pese al esfuerzo diario del personal", sostuvo la parlamentaria. Así, a la escasez de toallas y sábanas sumó la falta de material fungible y el hecho de que el que se suministra es de peor calidad. "Vendas elásticas que no cumplen su misión, gasas que no son de algodón, palomitas para las vías que se doblan o guantes que se rompen", son algunos de los ejemplos que puso sobre las consecuencias de la austeridad en el gasto.

Acuña también denunció el "colapso" de los servicios de urgencias este verano y el "calvario" particular de una paciente en el Hospital de A Coruña, que pese a estar sometida a un tratamiento inmunodepresor, dijo, "tuvo que permanecer más de 24 horas hacinada en el servicio de Urgencias".