Un día después de recibir un aluvión de reproches por parte del mundo del cine por no acudir a la gala de los premios Goya, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio González Wert, expresó su respeto a las críticas e insistió en que no puede "estar en dos sitios a la vez".

"Ninguna persona del mundo del cine puede decir que he dejado de atenderle cuando me lo ha solicitado", señaló Wert en Londres, en declaraciones a Televisión Española (TVE), después de reunirse con el viceministro británico de Empresa e Innovación, Vince Cable, un encuentro que calificó de "extremadamente interesante y útil". "Naturalmente respeto por completo la opinión de quienes han criticado mi ausencia, pero no puedo estar en dos sitios a la vez", dijo Wert, quien felicitó a los ganadores de la 28 edición de los Goya, especialmente a los autores de Vivir es fácil con los ojos cerrados y Las brujas de Zugarramundi.

La reunión con el titular británico de Empresa y Innovación fue solicitada por el Gobierno español el 29 de enero, indicó ayer a Efe un portavoz del ministro británico de Empresa e Innovación, encargado de universidades.

El PSOE, por su parte, consideró que el ministro ha demostrado "una vez más" que "no está a la altura del cargo que ocupa", según dijo su vicesecretaria general, Elena Valenciano, y pidió al presidente del Gobierno que lo destituya esta misma semana.

"No sé si dejó de ir por cobardía o, al contrario, fue por arrogancia; lo que es seguro es que no fue por una cuestión de agenda", dijo Valenciano.

El hecho de que el cambio de agenda de Wert se anunciara sólo tres días antes de los Goya no ayudó a digerir la noticia, a pesar de que prácticamente al mismo tiempo se publicaba en el BOE la concesión de las tan esperadas ayudas a los productores.

Hasta el propio Manel Fuentes, director, guionista y presentador de la gala de los Goya tuvo que hacer cambios en su monólogo inicial, ante la ausencia del ministro José Ignacio Wert.

Actores y directores se despacharon el pasado domingo a gusto, tanto en la alfombra roja como en el escenario del Auditorio Príncipe Felipe de Madrid.

Si Javier Bardem consideró el gesto "una chulería" propia de un ministro de "incultura"; el director David Trueba recordó que la gente del cine vota a todos los partidos; Bayona pidió acortar "la brecha" que hay entre el Gobierno y el cine y Mariano Barroso pidió directamente la dimisión del ministro.

El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, que asumió en la gala la representación del Ministerio, dijo ayer que los políticos deben aceptar "con naturalidad" las críticas que vengan de los ciudadanos. "Afortunadamente vivimos en una sociedad libre y la gente es muy libre de expresar sus opiniones; los políticos tenemos la responsabilidad y la obligación de aceptarlas con naturalidad", señaló Lassalle, quien reiteró su oposición al IVA cultural.