Con 21 años los médicos le dieron solo un fin de semana de vida y ahora, a punto de cumplir los 40 - "no me quito ni cinco minutos de vida", bromea-, la modelo y emprendedora Sandra Ibarra tiene claro que para ser feliz basta "con levantarse por las mañanas sin que te duela nada". "La salud es lo más importante", sostiene esta mujer, que tras superar dos leucemias, es un ejemplo de que cómo "no hay que perder la esperanza" y de que optimismo y enfermedad no son enemigos. Responsable de una fundación que lleva su nombre y que reúne fondos para la investigación contra el cáncer, Ibarra participará -junto al tenista Alex Corretja y el deportista Jorge Font- en el Congreso Lo Que de Verdad Importa que se celebra hoy en A Coruña.

-¿Qué es lo de verdad le importa a Sandra Ibarra?

-La salud. He superado dos tumores y te das cuenta de todo lo que tenemos en nuestro interior que se puede estropear así que lo más importante es levantarte por la mañana y que no te duela nada, algo que la gente no valora. Como narro en mi libro Las cuentas de la felicidad, para mí ser feliz es tener saliva -con la enfermedad no tenía y no podía deglutir-, tener lágrimas..., pero mis cuentas para ser feliz parten de más atrás que la escala de mucha gente.

-¿Se ha desvirtuado el concepto de felicidad?

-La gente ha olvidado que la felicidad no es un fin sino una consecuencia de nuestros actos. Con la crisis quizás se ha recuperado, focalizado esta cuestión y ha servido para unir familias, amigos, fomentar la solidaridad...

-Padecer una enfermedad de este tipo, ¿cambia la forma de ver la vida?

-Sí, vivir las cosas con la incertidumbre de no saber si será la última vez es un filtro para reflexionar. Durante mi enfermedad estaba con mi sobrino, le daba la papilla y me preguntaba si le podría ver crecer. Ahora tiene 12 años. Recuerdo un día que mis amigos me pusieron un sofá en un balcón de mi pueblo -me había sometido a una prueba que me obligaba a estar casi siempre tumbada- para que pudiese ver el concierto de Los Secretos, mi grupo favorito. Lo ví pensando que podría ser el último y al final ¡pude estar en su concierto de 30 aniversario! Es esa incertidumbre, el que pongan fecha a tu vida lo que provoca que, aunque tu cuerpo esté enfermo, tú tengas más ganas de viajar, de querer que nunca. No entiendo las campañas que hablan de la vida después del cáncer. La enfermedad no es un paréntesis, en ella también hay que seguir viviendo.

-No todos consiguen ser tan optimistas, ¿cómo se logra?

-Depende de uno mismo. Tú decides si quieres ser víctima de la enfermedad o protagonista de tu vida. No puedes esperar a estar curado para vivir tu vida. Si fuera así, en mi caso, me habría perdido media vida. El mismo día que me diagnosticaron leucemia por segunda vez me fui a Pasapalabra. Era lo que iba a hacer y lo hice.

-¿Cómo vivió el tener cáncer con solo 21 años? ¿Cuál de los dos diagnósticos fue más duro?

-El segundo diagnóstico fue el más duro. En el primero era muy joven, me dijeron que tenía infección en la sangre y fue como si me dijesen de garganta, fui descubriendo todo poco a poco, pero la segunda vez ya sabía a lo que me enfrentaba y era consciente que si superar uno era difícil, más dos veces. Psicológicamente fue muy duro.

-Una vez recuperada, ¿es posible vivir sin miedo a recaer?

-El miedo se acaba cuando tú quieres. No puedes vivir siempre con miedo. Hay gente que cinco meses antes de la analítica ya está nerviosa, no duerme. Yo no, como mucho estoy intranquila la noche antes. Hay que vivir sin miedo y si los análisis dan algo pues lo importante es cogerlo a tiempo.

-¿Qué valores transmitirá hoy a los jóvenes coruñeses?

-La idea es que sepan que se puede superar la adversidad, que somos más fuertes de lo que pensamos, que no hay que perder la esperanza y que crean en los sueños, que nadie les corte las alas ni lastre su vida porque tienen todo para conseguir ser felices.

-Su fundación beca investigaciones sobre el cáncer, ¿el Gobierno no invierte demasiado?

-No, recortan en investigación y hay más de 200 tipos de cáncer. Desde la fundación también hacemos campañas de prevención para concienciar a la población. Muchas veces hasta que no te toca no te involucras para que se investigue.