La psicofonía no es motivo de terror para las mujeres embarazadas de la ciudad de A Coruña. Más bien todo lo contrario, esta disciplina puede conllevar grandes beneficios para la gestación del bebé y su futuro alumbramiento a través de las técnicas de canto prenatal, según resalta la musicoterapeuta especializada en Educación musical, Carla López. La psicofonía, lejos del mundo de lo sobrenatural, es una disciplina creada por la cantante francesa Marie Louise Aucher en los años 60 que se basa en las vibraciones producidas por la voz y sus efectos sobre el cuerpo humano, para la cual elaboró una escala de sonidos.

López realiza en su centro de A Coruña actividades de preparto y posparto dirigidas a facilitar el proceso de alumbramiento y a fortalecer el vínculo entre los padres y su bebé mediante el empleo del ritmo y la musicalidad, basadas en las propiedades de la psicofonía, una práctica que goza de éxito en Francia pero que en España todavía no se ha consolidado.

El oído es uno de los primeros sentidos que los bebés desarrollan durante las primeras semanas del embarazo y las vibraciones producidas por la voz de su madre son el primer contacto que el pequeño tiene con su progenitora.

Los beneficios de esta metodología tienen, según la musicoterapeuta coruñesa, una doble vertiente. Por un lado, con respecto al periodo de gestación, "favorece la consciencia sensorial y corporal de la mamá, es decir, que se realiza un proceso de autoconocimiento y experimentación". Esta práctica, además, potencia la expresión emocional, lo cual sirve para mejorar la comunicación de emociones al bebé, y trabaja la respiración consciente.

El canto prenatal también facilita, con respecto al momento del parto, "el proceso de dilatación utilizando vocalizaciones concretas y puede actuar como un medio analgésico natural y producir oxitocina y endorfinas también llamadas hormonas del bienestar, por la sensación que se produce en el cuerpo al liberarlas", indica.

Esta musicoterapeuta coruñesa apunta a que las sesiones de canto prenatal fortalecen "las partes más directamente relacionadas con el proceso de embarazo y parto como la pelvis, el perineo o el abdomen", pero también se utiliza la voz para trabajar "de los pies a la cabeza".

El padre del niño también participa en las sesiones de canto prenatal. Supone, de hecho, un refuerzo del "plano emocional y afectivo", dado que los padres no disfrutan de un contacto directo por no alojar a la criatura en su interior.

López recuerda, desde su experiencia personal, que algunas familias afirmaron que, "al poco tiempo de nacer, sus bebés reaccionaban favorablemente a las canciones que se habían utilizado previamente en las sesiones" e incluso a la voz de la musicoterapeuta.

Las investigaciones de Aucher en los 60 revelaron que las frecuencias más bajas (sonidos graves) tienen una efecto dirigido a los pies y las frecuencias altas (sonidos agudos) repercuten en la cabeza. Aucher ahondó en las repercusiones del canto sobre mujeres embarazadas al coincidir con los doctores Michel Odent y Frederic Leboyer, en el hospital francés de Pithiviers.