La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a más de 21 millones de personas a nivel mundial de los que, según denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad no están recibiendo la atención ni el tratamiento que necesitan. El organismo recuerda en su web que se trata de una enfermedad "tratable" mediante medicamentos y apoyo psicosocial que, sin embargo, no reciben la mayoría de estos afectados. En especial en los países en desarrollo, donde viven el 90% de estos pacientes no tratados.

El trastorno se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje y la conducta, lo que hace que se asocie con una "considerable discapacidad y pueda afectar al rendimiento educativo y ocupacional". Una situación, insiste la OMS, que hace que "el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos sea común en estas personas".