El niño de seis años de Olot (Girona) enfermo de difteria y hospitalizado en Vall d'Hebrón desde el 30 de mayo murió ayer a causa de esta enfermedad, de la que no estaba vacunado, y el conseller de Salud de Cataluña, Boi Ruiz, destacó que "tan víctimas son los niños no vacunados como los padres que deciden no vacunarlos".

El niño estaba ingresado desde el pasado 30 de mayo en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Vall d'Hebrón y falleció en la madrugada de ayer. Era el primer caso de difteria diagnosticado en España en los últimos 28 años. Tenía afectadas las funciones respiratorias, cardíacas y renales por la toxina de la difteria, necesitaba respiración asistida, estaba conectado a un riñón artificial y llevaba varios días con circulación extracorpórea.

Este caso de contagio de difteria desató en las últimas semanas la polémica por la negativa de los padres a vacunar al menor, lo que provocó su infección.

Boi Ruiz admitió que, "aunque no haya riesgo cero con las vacunas, tampoco eso debe ser utilizado para transmitir un falso mensaje en favor de no vacunar", y se refirió de manera especial a "a aquellas personas que hacen declaraciones públicas poniendo en cuestión la eficacia de las vacunas".

Según el conseller, "el niño falleció por todas las complicaciones, lesiones y fallos orgánicos ocasionados por la difteria", e informó de que están a la espera del resultado de una autopsia clínica, que ha sido autorizada por los padres, para incrementar el conocimiento científico en el hipotético caso de que hubiera un nuevo caso.

Ruiz defendió la utilidad de esta autopsia, ya que, 28 años después del último caso de difteria en España, las mejores tecnologías con que cuentan actualmente permitirán ver qué efectos produce la bacteria en los órganos y a nivel patológico, y por tanto, un mayor conocimiento de la enfermedad.

El conseller hizo un llamamiento a los padres para que vacunen a sus hijos y lanzó un "mensaje de tranquilidad para los vacunados", al mismo tiempo invocó "responsabilidad a todos los que ponen en cuestión la vacunación arguyendo riesgo y poniendo en duda su efectividad, porque no hay debate científico sobre la vacunas". A su juicio, "es muy triste que haya pasado este suceso en un país desarrollado en el que nadie tiene dificultad para acceder a la vacunación, ya que es universal y gratuito, todo lo contrario de lo que sucede en países en los que no tienen acceso a las vacunas".