El agua volvió ayer a brotar en la romana Fontana de Trevi después de permanecer casi diecisiete meses vacía y envuelta en andamios, y lo hizo para mostrarse ante miles de curiosos con su blancura y esplendor originales.

La inauguración se produjo después de que el superintendente romano Claudio Parisi Presicce y el presidente de la casa de moda Fendi, Pietro Beccari, hicieran el gesto que acompaña históricamente a esta fuente: lanzar una moneda a sus aguas.

Acto seguido el monumento se iluminó y el agua volvió a correr por su superficie, suscitando el aplauso de la multitud de turistas que se congregaron en la angosta plaza que le antecede para asistir al renacer de uno de los patrimonios más queridos por los romanos.

En enero de 2013, la casa de moda anunció su decisión de financiar las obras de restauración de la Fontana, aquejada por el paso de los siglos, la masiva afluencia de turistas, la contaminación y las inclemencias meteorológicas. La restauración comenzó en junio del año pasado y, desde entonces, se ha limpiado la superficie del monumento, se ha revisado y potenciado su sistema hídrico y se ha implantado una nueva iluminación led.