Cuando una pareja se estrena en la paternidad su vida cambia por completo de la noche a la mañana. El tiempo se organiza en función de los biberones o los turnos de lactancia del bebé. Las horas de sueño las decide el nuevo miembro de la familia y los fines de semana son el momento ideal para las visitas de los allegados y los juegos, teniendo que aparcar, de manera temporal, otras aficiones.

A todos estos cambios a los que la pareja tiene que adaptarse, una encuesta elaborada por el periódico británico Daily Mail añade uno más: las relaciones sexuales. Cuando los recién estrenados papás quieren retomar su vida íntima, son muchos los problemas que se plantean. Uno de cada cinco hombres encuentra dificultades en el propio hecho de proponer a su pareja un encuentro sexual. Para ellas, los inconvenientes son más numerosos. La posibilidad de sentir dolor con la penetración preocupa al 38% de las mujeres; además, muchas necesitan tiempo para recuperar la confianza y volver a sentirse a gusto con su cuerpo. La creencia de que las relaciones sexuales no van a ser tan placenteras como antes está también muy extendida entre ambos sexos, según se desprende del sondeo realizado por el Daily Mail.

El vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía, Emilio López Bastos, reconoce que la falta de deseo a raíz del nacimiento de un hijo es uno de los problemas que se abordan con mayor frecuencia en las consultas de terapia sexual. "En el caso de los papás primerizos, es un cambio brutal a todos los niveles. En el plano personal, se modifican los hábitos, las rutinas, el ritmo de vida... todo se centra en el bebé, es el que marca los tiempos", apunta López Bastos, quien destaca que el estrés y los nuevos horarios hacen mella, irremediablemente, en las relaciones sexuales de los recién estrenados papás. "El cansancio acumulado que provoca la cantidad ingente de nuevas tareas inhibe el deseo sexual -también en los hombres, es un mito que ellos siempre tengan deseo sexual-, y esto tiene inercias: cuantas menos relaciones sexuales hay, menos deseo se va teniendo", advierte este experto.

El problema o la mayor dificultad está, según el vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía, en que las parejas en esta situación "suelen tardar mucho en ir a terapia", porque con el bebé "ya tienen suficientes cosas en la cabeza y no ven el sexo como una prioridad". "Cuando deciden dar el paso, en general, lo que se les da son una serie de propuestas para un cambio de vida importante. Se trata de trabajar el sentimiento de equipo desde el principio para que, pese a ser tres, no dejen de sentirse como una pareja. También se trabaja para llegar a acuerdos, para buscar nuevas fórmulas y espacios para mantener la intimidad. En periodos de cansancio y agotamiento no hay que centrarse tanto en el rendimiento sexual como en cuidar ese vínculo, esa intimidad", subraya López Bastos.

Otro factor que causa mucha incertidumbre a las parejas, y en especial a la mujer, es la recuperación física tras el alumbramiento. "Tras el parto, hay que darse un tiempo para que el suelo pélvico se recupere, y si hay alguna complicación física durante ese periodo, tener paciencia. Las mujeres a veces llevan mal esos cambios físicos. Conviene tomarse las cosas con calma", aconseja el vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxia. Una vez pasada la cuarentena, "aprender a distribuir los tiempos y los lugares de encuentro para la intimidad -insiste este experto- es fundamental". "Los primeros meses no se pueden esperar grandes cosas, pero con el tiempo todo irá yendo mucho mejor. Si hay abuelos, una buena opción es dejar al bebé un rato con ellos para salir a dar un paseo juntos o a tomarse un café o una caña. Lo importante es seguir construyendo ese vínculo de pareja", concluye.

El rol del padre

Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) publicó hace un par de años un estudio en la revista científica The Journal Sexual of Medicine, en el que examinaban la sexualidad durante los primeros tres meses después del parto, pero centrándose exclusivamente en los hombres. Los científicos concluyeron que ellos experimentan cambios en la sexualidad, al igual que las mujeres, sólo que en los varones los aspectos sociales y psicológicos ocupan un papel más relevante.

Sobre esta cuestión, el vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía, Emilio López Bastos, señala que, en el caso de los recién estrenados padres, pueden darse "dos situaciones". "Que el hombre cree un vínculo muy fuerte desde el primer momento con el bebé o que le cueste más tiempo implicarse, y mantenga más o menos su rutina de vida", apunta este experto gallego.

"En el caso de las mujeres, el nacimiento de un hijo sí lo cambia todo desde el minuto cero: sus prioridades, sus preocupaciones, su mundo emocional... pero deben dar un espacio a sus parejas para que participen también en ese vínculo. A veces les cuesta, y ellos se pueden sentir desplazados", subraya el vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía.