Massimo Bottura, con tres estrellas Michelin en Osteria Francescana (Módena, Italia), fue reconocido ayer en Madrid Fusión como Cocinero Europeo del Año por su labor social en la pasada Expo Milano, donde creó un comedor social en el que se cocinaba con los desperdicios de los pabellones.

En colaboración con Cáritas y con célebres cocineros de todo el mundo amigos de Bottura, un antiguo teatro abandonado de Milán se convirtió en un "comedor social experimental", en palabras del cocinero italiano, donde durante los seis meses que duró la exposición se prepararon menús de alta cocina con los excedentes de los pabellones para 96 personas sin recursos al día.

Se denominó el Refectorio Ambrossiano y ahí "demostró que se puede hacer sabrosa cocina evitando el despilfarro de los alimentos; ahora sigue funcionando con decenas de voluntarios.

Por el inmenso valor de esta iniciativa, Bottura merece ser nombrado Cocinero Europeo del Año, expuso el presidente del certamen gastronómico Madrid Fusión (que ayer cerró sus puertas en la capital), José Carlos Capel.