Educación ve que el diagnóstico es positivo pero se pone deberes, y a los centros, docentes y padres. Estos últimos, explicó el conselleiro, deben implicarse más, ya que solo el 9% respondió al cuestionario. En aras de "apostar" por su "mayor participación" en la mejora de la convivencia en las aulas, Rodríguez se comprometió a "impulsar" las escuelas de padres y de madres con ayuda de las Anpas para crear una estructura "estable en red" para formar a las familias.

La Consellería también "reforzará más" la formación del profesorado y la figura de los tutores y diseñará "orientaciones específicas" para los espacios "más conflictivos", los recreos y las entradas y salidas de los centros. Se potenciará además la mediación como un recurso "valioso" para prevenir y abordar conflictos entre profesores y alumnos. El informe revela que un 80% apuesta por el "diálogo" para atajar estas situaciones y el 90% de los docentes defiende recurrir a la prevención.

Educación ya facilitó a los centros los resultados de su informe particular para que adapten sus planes de convivencia. Rodríguez apunta que no hay "grandísimas diferencias" entre rural o urbano y centro y periferia.

Los comportamientos que deterioran la convivencia son variados y cada grupo antepone unos a otros en la pregunta de cuáles son las 20 conductas contrarias a la convivencia "más habituales". No son las más reiteradas, pero un 9,3% de los estudiantes de postobligatoria menciona entre las conductas que provocan conflictos el robo de dinero o material, porcentaje que baja al 6,8% entre los más pequeños. Un 5,2% de los alumnos de cursos superiores refiere entre los comportamientos que ponen en jaque el clima escolar "pegar o hacer daño" (9,2% en Primaria y ESO) y un 6% habla de acoso (5,2% entre los más pequeños), en persona o a través de internet. Aunque no lo tipifiquen como acoso, un 19% de los alumnos señala entre las conductas cuestionables el decir mentiras o rumores sobre alguien; el mismo porcentaje habla de insultos entre los mayores; un 18% alude a dejar de lado o no hacer caso y un 14% apunta amenazas. Para el 26,1% de los jóvenes entre las conductas más habituales que menoscaban la convivencia está el consumo de alcohol y tabaco.