El 31% de los padres que tienen una discapacidad no pueden participar en actividades cotidianas del colegio de sus hijos ya sean reuniones, tutorías o festivales porque los centros escolares no están adaptados y mantienen tanto barreras arquitectónicas insuperables para quienes tienen movilidad reducida como formatos de comunicación ininteligibles para personas con la vista o el oído limitados, según un estudio realizado por la Fundación ONCE e Ilunion.

En él se explican casos como el de Juan Carlos, padre de una niña de 6 años que se ha perdido desde la primera reunión en que enseñaron las instalaciones donde su hija pasaría casi todo el día hasta funciones en las que ella participaba por falta de rampas y ascensores. "Ella se pregunta por qué no he ido a esto o a lo otro y tengo que decirle que es porque no he podido subir", indica este padre.