Más de un millón de personas murieron en 2013 a causa de un ataque al corazón o de un accidente cerebrovascular, lo que equivale a uno de cada cinco fallecimientos en todo el bloque comunitario, según datos publicados ayer por la oficina comunitaria de estadística Eurostat. En total, 1,1 millones de personas fallecieron en 2013 -el último año con datos disponibles- a causa de un paro cardiaco (unas 644.000 muertes) o de un derrame cerebral (alrededor de 433.000 defunciones). Los datos de Eurostat apuntan a que el riesgo de morir por un infarto de corazón o cerebral aumenta con la edad, ya que menos del 10% de las personas menores de 40 años fallecieron por una de estas causas, el porcentaje se situó entre el 10% y el 20% para las que tenían entre 40 y 69 años y superó el 20 % en las mayores de 69 años.