El cuerpo de farmacéuticos inspectores de Galicia inició ayer una huelga indefinida para denunciar la reducción de efectivos, por considerar que eso puede repercutir en la salud pública de los ciudadanos, incluido en los controles sobre la calidad de las aguas de baño de las playas. En un comunicado conjunto, los sindicatos CCOO, CIG, CSIF y UGT indican que la huelga fue secundada por 97% del colectivo y critica a la Consellería de Sanidade por "intentar boicotear" ese derecho de los trabajadores "imponiendo servicios mínimos claramente abusivos y desproporcionados, así como reprogramando servicios que no son ni urgentes ni esenciales".

Sanidade reduce al 74% la tasa de seguimiento de esta huelga de trabajadores.