Viajar estimula el cerebro, lo vuelve más plástico y ayuda a desarrollar nuevas conexiones neuronales, por lo que es un gran aliado de la salud cerebral. Así lo constatan diversos estudios científicos. La razón es sencilla. Esta actividad de ocio rompe con la rutina diaria y expone al cerebro a nuevos estímulos y sensaciones, lo que le obliga a usar todas sus capacidades, manteniéndolo activo. Diferentes investigaciones evidencian que toda actividad que suponga un reto para el cerebro, como el aprendizaje o realizar una actividad nueva, supone un entrenamiento para este y genera nuevas conexiones entre neuronas, lo que mejora la reserva cognitiva.

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