Las personas que padecen un fallo intestinal y que están obligadas a alimentarse a través de una máquina de nutrición parenteral, recordaron ayer las dificultades y complicaciones que tienen a la hora de realizar un viaje y por eso han solicitado el apoyo social y público que les permita mejorar su calidad de vida.

Los pacientes que sufren fallo intestinal, ya sea por una patología congénita, una enfermedad o un accidente y que precisan una máquina de nutrición parenteral para ingerir los alimentos, destacaron ayer en un comunicado que para ellos viajar les resulta "muy complicado".

NUPA, la Asociación española de niños con trasplante multivisceral y afectados de fallo intestinal y nutrición parenteral, señala en su nota que durante el verano aumentan sus riesgos y complicaciones.

Así, estas personas "tienen una constante sensación de sed, riesgo por deshidratación, sienten agotamiento físico, tampoco pueden bañarse porque no pueden mojarse y pueden sufrir una infección generalizada".

Además, como dependen de una máquina para sobrevivir, deben llevar en una mochila su nutrición artificial e incluso en algunos casos un palo de gotero o neveras portátiles con medicación y, según algunos miembros de NUPA, han tenido problemas para acceder a un avión por transportar su nutrición parenteral.

Para la portavoz de la organización, Alba Santos, la investigación, la búsqueda de nuevos tratamientos o la financión de bombas portátiles de pequeño tamaño son "necesidades urgentes para mejorar la calidad de vida" de los pacientes con fallo intestinal y por ello solicitan el apoyo social y público.

La nutrición parenteral consiste en la administración de los alimentos y nutrientes necesarios para el organismo por vía endovenosa. Está indicada en todos aquellos pacientes que padecen fallo intestinal incapacitándoles para cubrir sus necesidades nutricionales por vía oral.