De solo nueve camas en una planta compartida con Otorrinolaringología a 35 en un área casi exclusiva; de apenas realizar operaciones cardíacas a situarse a la cabeza del país; de ser necesario emigrar a otras comunidades para someterse a un trasplante de corazón a batir el récord en España de realizar 46 intervenciones de este tipo en un solo año; de no contar con un modelo de formación para sanitarios a que más de 250 médicos de todo el país visiten esta área para conocer las últimas novedades de la especialidad. Estas son solo algunas cifras que muestran cómo el área de Cirugía Cardíaca del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) dio un giro de 180 grados en los últimos 25 años. Los artífices de esta revolución fueron el cardiólogo Alfonso Castro Beiras y el cirujano Alberto Juffé que en 1990 decidieron unir fuerzas para convertir al centro coruñés en un referente internacional en el área del corazón. Ahora todo ese periplo de cambios y progresos se recogen en el libro Con el corazón en la mano. 25 años de cirugía cardíaca en A Coruña que acaba de publicar el doctor Juffé.

Para este cirujano argentino que decidió dejar su trabajo en Madrid para impulsar un área poco explotada en A Coruña, parte del éxito estuvo en que Cardiología y Cirugía Cardíaca remasen en la misma dirección. "La cardiología, la hemodinámica y la cirugía tienen que tener un crecimiento exponencial, si una de ellas se dispara, que no cuenten conmigo". Así de contundente se expresó Juffé ante Castro Beiras cuando este lo fichó para el entonces Juan Canalejo, según explica en el libro este doctor que tiene claro que para lograr el éxito "era imprescindible formar un gran equipo en el que se integrasen sin fisuras médicos, enfermeros, celadores, etc... y donde lo más importante era que la relación con los cardiólogos fuese excelente".

Los principios no fueron fáciles. En primer lugar por la incertidumbre que suponía trasladarse a una nueva ciudad después de haber viajado de Argentina a Madrid. Juffé relata en el libro las dudas que surgieron para venir a A Coruña y como el apoyo de su mujer y de la gerencia del centro que le dio "autonomía absoluta" para desarrollar los programas "que considerase oportuno" inclinaron la balanza. Una vez aquí Juffé tuvo que ver cómo parte del equipo médico estaba en su contra ya que "el cirujano al que venía a sustituir había finalizado su contrato" a lo que se unía que justo unos días antes el Insalud había transferido las competencias de sanidad a las autonomías.

Nada más llegar, tuvo claro cuales eran sus objetivos principales: "Desarrollar la cirugía cardíaca para que ningún gallego tuviera que trasladarse fuera de su comunidad a operarse del corazón, iniciar el programa de trasplantes cardíacos, poner la cardiología y la cirugía cardíaca de A Coruña en el mapa de Europa; desarrollar un programa de formación MIR en esta especialidad y dar un fuerte impulso a la investigación". Un cuarto de siglo después asegura con orgullo que estos objetivos "se han cumplido".

Para lograr el despegue de la cirugía cardíaca en la ciudad hubo que empezar prácticamente desde cero. "Tuve que organizar absolutamente todo, protocolizar cada patología, cada acto, cada paso en la planta de hospitalización, en la UCI y en el servicio de anestesia", relata Juffé, quien explica que en la dos primeras décadas de trabajo "desarrollamos 207 protocolos quirúrgicos". Una vez claro cómo realizar todos los procesos había que aumentar el número de cirugías. "Estamos haciendo 300 cirugías cardíacas por millón de habitante y son necesarias 750 por millón", explicó Juffé al entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. "Entonces me preguntó qué pasaba con los otros 450 por millón y le dije: 'que se mueren'. Él se levantó de la silla y dijo: ¡No se pueden morir! Y así fue como obtuvimos la dotación para el segundo quirófano de cirugía cardíaca", indica Juffé, quien también recuerda cómo el objetivo era reducir la mortalidad. "Un día un anestesista me dijo: otro cirujano ya hubiese terminado. Y yo le respondí: Lo reconozco, soy lento, pero es que me gusta operar a los pacientes una sola vez".

El fomento de la formación y la investigación fueron claves para que en el hospital coruñés se operase cada vez más y mejor. En este sentido, Juffé resalta la importancia del marketing en la medicina. "Siempre digo que si no se vende lo que se hace, se desconocerá y en consecuencia, no se conseguirá el soporte gerencial y económico necesarios para desarrollar otros programas e iniciativas", indica Juffé. Es por ello que el Juan Canalejo apostó por cursos nacionales e internacionales, teleconferencias o incluso retransmisión de cirugías en directo para que desde cualquier punto del mundo supiesen cómo se trabaja en los exitosos quirófanos coruñeses. Y a la hora de destacar alguno de los 22 proyectos de investigación que se realizaron en el centro, Juffé tiene claro que el xenotrasplante fue "el que puso al hospital en el mapa del mundo". En colaboración con la Universidad de Cambridge, médicos del Chuac realizaron el primer trasplante de un corazón de cerdo transgénico a un babuino en 1997. El objetivo no era otro que estudiar si era posible el trasplante de órganos entre diferentes especies sin obtener rechazo en el receptor. Pese a que el programa se paralizó en 2001 por los malos resultados para Juffé supuso un antes y un después en la investigación del centro hospitalario.

Entre los otros hitos del hospital que recuerda con especial cariño el doctor Juffé está la implantación el trasplante cardíaco, donde, con el paso de los años, el centro fue pionero en diferentes aspectos como "la utilización de donantes de más de 50 años y receptores de más de 70". A ello se suma la creación del área infantil del corazón que "alcanzó el honor de ser uno de los cinco centros de referencia del registro europeo de hospitales en los que se realiza cirugía cardíaca infantil". Y todo ello, como insiste una y otra vez, gracias al trabajo el equipo de diferentes especialidades que desde 1996 conforman la llamada área del corazón del hospital.