Acaban de nacer y ya tienen que librar una de las batallas más complicadas, la de sobrevivir. Los bebés prematuros -aquellos que nacen antes de la semana 37 de embarazo- llegan al mundo cuando nadie los espera todavía y ponen del revés la vida de sus padres, quienes convierten el hospital en su segundo hogar y a los médicos y enfermeros en una familia con la que afrontar miedos, temores y alegrías. Por ello, con motivo del Día Mundial del Niño Prematuro que se conmemoró ayer, el Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña y la Fundación María José Jove quisieron rendir un homenaje a los niños que pasan por la Unidad de Neonatos del centro -cada año se registran unos 200 bebés prematuros- en forma de cortometraje. Bajo el título de #pequeñoshéroes ayer se estrenó un filme en el que ocho familias de niños prematuros y personal del hospital narran como es su día a día.

Igor nació cuando su madre apenas arrancaba el sexto mes de embarazo y con tan solo 650 gramos de peso. Adriana, Martina, Lucía, Ariadna y Margarita lo hicieron entre las semanas 25 y 26 del embarazo y ninguna llegó marcar un kilo en la báscula. Algo similar a Gabriel que alcanzó los 1.020 gramos al nacer en la 27 semana o Mikel que pesó 1.230 gramos en la semana 30. Todos ellos son los protagonistas de #pequeñoshéroes, un corto que rinde homenaje a los 200 pequeños que cada año pasan por la Unidad de Neonatos del Materno. De ellos, un 18% entran dentro de los llamados grandes prematuros, es decir, nacen antes de la semana 32 de gestación y no superan el kilo y medio de peso.

La sorpresa inicial por el adelanto del parto, el temor a cualquier complicación con la que se viven las semanas que los niños están en la incubadora y el agradecimiento a los sanitarios de Neonatología son una constante en el discurso de las ocho familias protagonistas del cortometraje. Todas las madres que participan en la cinta tienen experiencias comunes. Llegaron al hospital tras notar unas molestias y la mayoría ya quedó ingresada ante la opción de un parto, algo que a ninguna se les pasaba por la cabeza ya que les quedaban meses por delante de embarazo. Y una vez asumida la noticia del alumbramiento, toca semanas o meses de preocupación continua para ver la evolución de los pequeños y el hospital se convierte en su segunda casa.

"Nadie se prepara para ser padre de un niño prematuro", señalaba ayer el jefe del Servicio de Pediatría del Materno, José Luis Fernández Trisac, quien en el video reconoce que durante su primer año de residencia tuvo su primer contacto con la Unidad de Neonatología y quedó "impresionado", especialmente, al ver un niño que apenas pesaba un kilo.

Los niños prematuros, al nacer antes de tiempo, pueden presentar problemas a nivel respiratorio, digestivo o neurológico al no haber completado su desarrollo, algo que deben hacer en la incubadora. Desde el Materno son conscientes de lo difícil que es esa fase para los padres e intentan facilitarles las cosas. "Nos dijeron que podíamos llamar a cualquier hora y un día eran las dos de la madrugada y me dijo mi mujer: llama a ver como están los niños y nos respondieron sin problemas, que no había cambios", recuerda un padre de un niño prematuro en el cortometraje. Hacer de la Unidad de Neonatología un lugar en donde los padres puedan acudir casi siempre que lo deseen para ver al niño e incluso poder cogerlo es uno de los logros de lo que el personal del Materno se muestra más orgulloso. "Hoy en día la atención no puede ser como hace 30 años que los padres eran como una visita", sostiene la supervisora de Enfermería de la unidad, Dolores Eiriz.

El seguimiento diario en muchos casos durante meses hace que la relación entre sanitarios y familias sea muy cercana, algo que satisface a ambas partes. Enfermeras reconocen haber llorado al ver, por ejemplo, que una madre coge por primera vez al niño y los padres aseguran que, aún hoy en día, cuando van al Materno se acercan a la unidad a saludar. Muchos se reencontraron ayer en un estreno lleno de niños.