Ser algo totalmente novedoso, que pueda ser fabricado en cualquier tipo de industria y que se trate de una actividad inventiva, es decir, que no sea algo que resulte obvio para un experto en la materia. Estos son los tres requisitos que se precisan para patentar una invención en España, algo que da derecho al titular de la patente a que durante dos décadas nadie pueda fabricar, vender ni utilizar su invención sin su permiso.

Pese a que los aspectos básicos se mantienen, España estrenó el pasado mes de abril una nueva ley que regula la solicitud de patentes, modelos de utilidad y marcas que actualiza la normativa vigente desde 1986. Una de las principales normas es la obligatoriedad de un examen previo del objeto que se quiere patentar para verificar de oficio la novedad y la actividad inventiva, es decir, para ver que cumple con todos los requisitos que marca la ley. Hasta ahora era algo opcional y los expertos reconocen que no se hacía en la mayoría de ocasiones.

La inclusión de este examen previo aumentará el precio y además ahora hay que pagar el Informe sobre el Estado de la Técnica en el momento de presentar la solicitud, no como antes. Las universidades ya no están exentas de pagar tasas aunque al igual que las pymes pagan solo el 50% del total.