Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996) centró ayer el acto del Día das Artes Galegas 2018, que tuvo lugar en el Teatro Principal de Pontevedra, que recordó su "lógica arquitectónica", basada en el uso de nuevos materiales y la simplificación de las formas. Galicia homenajeó así al que ya es considerado uno de los arquitectos españoles más notables del siglo XX "y el más singular de aquellos que vincularon su estrategia creativa al movimiento moderno", según Celestino García Braña, vicepresidente de la Real Academia Galega de Belas Artes (Ragba), entidad organizadora del evento, al que asistieron familiares de De la Sota y representantes de la política y la cultura.

La cuarta edición del Día das Artes Galegas quiso recordar, así como dar a conocer al gran público, el trabajo y obra del arquitecto pontevedrés, a quien se le deben intervenciones como la Misión Biológica del CSIC, el Pabellón Municipal de los Deportes de Pontevedra, la residencia infantil de Miraflores de la Sierra, el Centro de Cálculo para la Caja Postal de Madrid, y el edificio de Correos de León.

Manuel Quintana Martelo, presidente de la Real Academia Galega de Belas Artes aseguró durante su intervención en el acto que se considera que Alejandro de la Sota fue "uno de los arquitectos españoles más influyentes del siglo pasado".

Por su parte, Celestino García Braña recordó que el pontevedrés cuenta con el aval de "respetables autores" que han dejado constancia de su "excepcional trabajo" en sus historias de arquitectura. "Fue capaz de concebir una forma de pensar la arquitectura desde las circunstancias específicas de su presente e influir poderosamente en las generaciones posteriores", destacó.

Al hacer un repaso de su trayectoria, subrayó la importancia que su padre, Daniel de la Sota y Valdecilla, ingeniero militar cartógrafo de origen cántabro y muy influyente en la época, tuvo en él al propiciarle contacto con la vida creativa y cultural de la ciudad a través de los ojos de Castelao y Alexandre Bóveda, con las horas transcurridas en el Café Moderno o en los ensayos de la Coral Polifónica. Tras trasladarse a Santiago primero y a Madrid después, De la Sota comenzó su primera etapa profesional de arquitecto en el Instituto Nacional de Colonización tras el fin de la guerra civil, diseñando lo que él mismo denominaría "los poblados", construcciones de desarrollo rural en las zonas más deprimidas del país en la posguerra. "Resultó ser un lugar de trabajo privilegiado para un recién titulado, donde podía proyecta y construir núcleos de población", apuntó García Braña.

Ayer se inauguró también una exposición en la calle que pretende acercar su obra al gran público. Durante la inauguración, el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo, recordó que este es el primer año que se dedica el Día das Artes Galegas a un arquitecto. "Alejandro de la Sota es una figura conocida, seguida y que forma parte del trabajo de los investigadores, pero no para el resto de Galicia", dijo.