El japonés Hirokazu Kore-eda se llevó ayer la Palma de Oro de la 71 edición del Festival de Cannes con Shoplifters, una cruda visión de la pobreza, mientras que Spike Lee consiguió el Gran Premio del Jurado por BlacKkKlansman, una ácida comedia sobre la discriminación racial. Kore-eda era uno de los nombres que aparecía en las quinielas de premios de la edición, pero no así Spike Lee, que triunfó con su historia de un policía que se infiltra en el Ku Klux Klan en los años 70.

Seleccionado cinco veces en competición y varias veces premiado, Hirokazu Kore-eda alcanzó el máximo galardón con su largometraje número trece que cuenta la historia de una familia sencilla que se dedica a robar en las tiendas. Una noche, acogen a una niña maltratada y acaban integrándola en la familia. "Es quizás un filme más social que los anteriores, pero el punto de entrada sigue siendo la familia", señala el prolífico director. "¿La familia, son los lazos de sangre o el hecho de pasar tiempo juntos?", se interroga. Todavía no ha encontrado la respuesta, asegura.

Cronista de las relaciones familiares, Kore-Eda, de 55 años, es autor de una obra coherente que mezcla el aspecto social y la descripción de los vínculos familiares, pese a las incursiones en el cine judicial y sus inicios en el documental.

Nacido en Tokio en 1962, es diplomado de la prestigiosa universidad Waseda. Tras sus inicios en la televisión, pasó a la realización en 1995 con Maborosi, presentada en el Festival de Venecia. En 2001, ya estuvo en liza por la Palma de Oro con Distance, que trata una masacre colectiva por una secta y las consecuencias para los familiares de las víctimas.

Los premios de interpretación fueron para el italiano Marcello Fonte por su espectacular papel de cuidador de perros en Dogman, de Matteo Garrone, y para la kazaja Samal Yeslyamova, por la mujer desesperada y que vive en la miseria en Ayka.

Entre las sorpresas de la noche, la Palma de Oro especial que el jurado presidido por Cate Blanchett concedió al cineasta franco suizo Jean-Luc Godard, que presentó en competición Le livre d'image, por ser un artista que ha hecho "avanzar el cine, que ha sobrepasado los límites y que busca redefinir esos límites".

El polaco Pawel Pawlikowski se fue con el premio a mejor dirección por la excelente Cold War, mientras que la libanesa Nadine Labaki, a la que muchos apuntaban como ganadora de la Palma de Oro por su dura historia de niños en la calle en Capharnaüm -protagonizada por un refugiado sirio que conoció en la calle -, se tuvo que contentar con el Premio del Jurado.

El de guion fue ex aequo para la italiana Alice Rohrwacher, también directora de Lazzaro Felice, y a Nader Saeivar, por Trois visages, el filme del iraní Jafar Panahi, en arresto dociliario en su país.

El premio a la mejor ópera prima recayó en Girl, de Lukas Dhont, mientras que la Palma de Oro a mejor cortometraje fue para All these creatures de Charles Williams y la mención especial de corto fue para On the border, de Shujun Wei.

El Festival clausuró ayer una edición marcada por el escándalo de los abusos de Harvey Weinstein y el movimiento feminista. La actriz Asia Argento aseguró en la clausura que Weinstein nunca más será bienvenido en el certamen, donde asegura haber sido violada por el productor en 1997.