Cuando están a punto de cumplirse dos meses desde que apareció el cuerpo de Asunta en una pista forestal de Teo, siguen trascendiendo detalles de la investigación. La principal hipótesis es que fue Rosario Porto quien trasladó el cadáver de su hija desde el chalé familiar de Teo hasta la pista forestal donde apareció, y pierde fuerza la teoría de que habría colaborado una tercera persona. Otra de las novedades, según TVE, es que, tras denunciar en comisaría la desaparición de su hija, a las 22.31 horas del 21 de septiembre, tanto Porto como su exmarido Alfonso Basterra apagaron sus teléfonos móviles varias veces y que, en el caso de este último, los investigadores no pudieron esclarecer cuáles fueron sus movimientos durante al menos las tres horas siguientes a la formalización de esta denuncia. Este es un período clave en la investigación, ya que el cadáver de la pequeña apareció pasada la una de esa madrugada en la pista forestal de Teo: la hipótesis es que Porto llevó el cuerpo, pero en ese período, con el teléfono apagado, no se sabe cuál era el paradero de su exmarido.

Esta semana será clave en el caso Asunta. Todo apunta a que el juez José Antonio Vázquez Taín levantará el secreto de sumario, algo que reclaman las defensas de Porto y Basterra, que permanecen encarcelados por el presunto delito de asesinato de su hija.

El día del crimen Asunta comió con sus padres en casa de Basterra. Fue durante la comida cuando la niña recibió la dosis letal de ansiolíticos. Fue Porto quien habría llevado en su coche a la niña, que ya estaría moribunda, hasta el chalé de Teo, según recoge la cámara de una gasolinera de Santiago. Las fuentes policiales que cita TVE apuntan a que, una vez en la casa familiar, la madre habría rematado a su hija con un cojín y que después supuestamente envió varios whatsapps con el teléfono de la menor a algunas amigas en los que ponía que estaba en casa estudiando.