"Yo nunca le di medicación, estaba como un roble. Para mí era una familia idílica y la niña era perfecta". El testimonio de la madrina de la niña, María Isabel V., también fue crucial. Confirmó el retrato de familia idónea en la que ambos progenitores se preocupaban mucho por la niña, una estampa que choca con las descripciones iniciales (durante la investigación) de que la niña pasaba tiempo sola. La defensa de Rosario Porto basó los interrogatorios de los últimos testigos en intentar acreditar que el cuidado de la niña era máximo por parte de su madre. La propia madrina aseguró también que con su padre la relación era magnífica: siempre muy alegres los dos y bromeando, divirtiéndose.

La idea de que la niña podría ser "un estorbo" en los planes de futuro de la pareja también estuvo presente durante la vista, con preguntas y respuestas tratando de probar, por parte de la defensa de los dos acusados en este caso (los padres), que la teoría de que la niña "sobraba" en casa no coincide con la realidad de esta pareja. En varios momentos de este juicio con jurado popular se habló de los planes de futuro de Asunta, entre ellos la posibilidad de estudiar en el extranjero. Uno de los testigos clave también en este capítulo fue la diseñadora a la que Rosario Porto le encargó la reforma del piso de sus padres. Aseguró que la prioridad de Porto, una vez divorciada, era montar un piso cómodo para ambas, para vivir madre e hija. De hecho, el piso contaría, además de la habitación de la niña, con un cuarto con piano, para que pudiera practicar con sus instrumentos. Planes existían, según los testigos.

Por otra parte, si se analizan las pocas certezas surgidas en lo que va de proceso: en la tarde de los hechos, las cámaras de Galuresa captaron a Rosario con Asunta en el Mercedes camino de Teo (donde está la casa vinculada supuestamente al asesinato, a 4 kilómetros de la pista en la que apareció el cuerpo) a las 18.21 horas del sábado. En su primera versión Rosario había dicho que no llevó a la niña, que la había dejado en el piso de Santiago estudiando. Al conocerse las imágenes cambió su discurso. Según los agentes que analizaron las cámaras, la niña no regresó; la madre sí. Porto asegura, no obstante, que la trajo de vuelta y la dejó en el centro para que subiese a casa.