El pesquero de bandera lusa Eiskos, apresado por el Servicio de Vigilancia Aduanera con más de 15 toneladas de cocaína cerca de Almería hace ahora un año y al que la tripulación prendió fuego para intentar deshacerse del alijo, fue pertrechado en el puerto de Vigo desde donde se dirigió directamente, sin realizar escala alguna, a Marruecos para recoger el alijo de otra embarcación. La información ha trascendido ahora en un auto de la Audiencia Nacional que acuerda la transmisión de la causa a Portugal, así como de la decena de detenidos a bordo, para que sean juzgados en dicho país.

Esta decisión desestima la petición de uno de los españoles detenidos que pretendía que el juicio se celebrara en España ya que la Guardia Civil de Pontevedra tenía abierta una investigación sobre el barco y su supuesto armador, un vecino de A Guarda con nacionalidad lusa y española. También argumentaba que el apresamiento del Eiskos tuvo lugar en aguas internacionales en el Mediterráneo aunque fue trasladado a Almería con los detenidos, que también se practicaron arrestos y registros en Galicia y que el barco navegaba bajo bandera de Guinea Bissau y no de Portugal.

El palangrero, habitual de los puertos de A Guarda y Vigo, salió de la dársena de Bouzas el 27 de octubre de 2014 sobre las cuatro de la tarde sin activar el sistema automático de identificación para no dejar constancia de su paradero a Salvamento Marítimo, si bien su patrón manifestó que se dirigía a Cartagena (Murcia) para una reparación "lo que desde luego no ocurrió", según el auto de la Audiencia Nacional.

Tres días antes de su partida, un particular (posiblemente la exmujer del armador) presentó una denuncia ante la Guardia Civil por presunta apropiación indebida del buque. El pesquero se trasladó a la costa de Marruecos y cargó los 795 fardos de hachís. La tripulación estaba formada por diez personas: varios marineros lusos, españoles y norteafricanos.

Una vez cargada la droga, siempre según el auto de la Audiencia Nacional, el patrón recibió desde tierra y por teléfono vía satélite una llamada en la que otro de los implicados que le ordenaba sustituir la bandera portuguesa por la de Guinea Bissau y cambiar el nombre al barco, que pasó a llamarse Corsario I en plena travesía. La orden se dio en nombre del máximo responsable de la organización, el vecino de A Guarda, que a su vez era el representante legal de la empresa propietaria Ponteciodisseia-Uniperssoal Lda. Además, el patrón del Eiskos "tachó de la documentación original del buque sus verdaderos datos y estampó burdamente el nombre de Corsario I". Las autoridades de Portugal solicitaron al SVA el abordaje del palangrero. La tripulación prendió fuego al alijo, que no llegó a arder, aunque dos tripulantes resultaron heridos.