El ciudadano luso afincado en Baixo Miño que en abril de 2015 perpetró la mayor matanza familiar de la última década en Portugal al abatir a tiros a su exmujer, sus exsuegros y su exhijastro, ha sido condenado por el tribunal de Matosinhos a 25 años de prisión, la máxima pena establecida en el país. El cuádruple asesinato casi le cuesta la vida al hijo de 16 años, que junto a otra niña de 10 -que se encontraba en el colegio-, tuvo el matrimonio que Paulo y Silvia formaron hasta su divorcio. El adolescente logró escapar con vida del bar en cuanto vio que su padre comenzaba a disparar y se refugió en casa de un vecino.

Paulo Sergio G.D.S., de 43 años, con negocios en Tui y domicilio en la parroquia de Goián en Tomiño, se confesó autor de los crímenes ante el tribunal durante el juicio, que comenzó el pasado 10 de febrero. En su declaración no demostró emoción alguna y aseguró "no conseguir entender como fue capaz de hacer lo que hizo", según recoge el diario luso Correio da Manha. El conflicto tenía su origen en la propiedad millonaria de unos terrenos, al parecer heredados, y el cobro de las rentas correspondientes. De hecho su exsuegro le había denunciado por amenazas, según explicaron entonces algunos vecinos.

El 28 de abril de 2015 Paulo se dirigió a Póvoa do Varzim y entró en el bar de la parroquia de Estela que regentaba su exfamilia política. Armado con una pistola y un revólver, sin mediar palabra, disparó contra su exmujer, Silvia Lima; su exhijastro Renato Miguel y su exsuegra, María de Fátima. Bajó las escaleras hacia la casa y disparó contra su exsuegro, Domingos Lima, a quien señaló como instigador de su arrebato criminal una vez detenido. Al menos una docena de disparos acabaron con la familia.

Eran las diez de la mañana cuando varios vecinos le vieron salir a toda velocidad en el Mercedes que aparcó junto al café de sus exsuegros. Tras confirmarse la matrícula, la GNR inició la búsqueda del vehículo, propiedad de su empresa -dedicada a la instalación de falsos techos y con domicilio fiscal en Tui- y alertó a las autoridades españolas para que bloquearan los puentes del Miño ante la sospecha de que el fugitivo se dirigía a Galicia. En Valença do Minho, a sólo 2 kilómetros de España donde la Guardia Civil vigilaba los viaductos y la Policía Nacional el domicilio del sospechoso en Goián, Paulo empotraba su coche contra unas vallas a ala altura del supermercado Intermarché, allí fue detenido por la GNR.

Paulo Sergio, nacido en Cabo Verde, mantenía serias diferencias con su exfamilia por el reparto de bienes tras su divorcio con Silvia. Al parecer su suegro le había prestado un dinero para poner en marcha su empresa y se lo reclamaba. En la comisaría de Valença, una vez detenido, declaró que se sentí muy presionado para pagar esa deuda. El tribunal le condena ahora por cuatro homicidios agravados, tres delitos de amenazas y tenencia ilegal de armas.