Un empresario gallego, de raíces soutelanas, falleció esta semana de manera violenta en Venezuela. Según fuentes vecinales del pueblo de Soutelo de Montes, Forcarei (Pontevedra), Tino Cerdeira apareció muerto en su domicilio en los últimos días.
Hijo de un matrimonio de emigrantes ya fallecido -su padre era natural de Soutelo y su madre de Ventoxo-, Tino Cerdeira seguía viviendo en Venezuela, donde, según fuentes consultadas por este periódico, regentaba un negocio vinculado con el sector de la construcción y gozaba de una buena posición social. Viudo y sin hijos, de unos 60 años, presuntamente fue degollado en su casa.
Así fue encontrado posiblemente tres días después de su asesinato, que ayer en Soutelo se comentaba que podría tener su origen en un robo vinculado con la mala situación económica y el actual contexto de violencia generalizada que vive una gran parte de la población en Venezuela.
La fatídica noticia del infortunio de este empresario pontevedrés llegó al término municipal de Forcarei en el mediodía del viernes. Un familiar del fallecido, que se había desplazado hasta Venezuela para asistir hace aproximadamente tres meses al sepelio de la propia madre de Tino Cerdeira y que todavía no ha regresado a Galicia, fue quien comunicó lo sucedido a su familia residente en el municipio.
El trágico final de Tino Cerdeira llenó de dolor a la familia en Galicia, que todavía se encuentra a la espera de recibir nueva información acerca de lo ocurrido desde Venezuela o a través de fuentes diplomáticas.
El profundo pesar de la familia era compartido estos días por quienes conocieron a Tino Cerdeira en las sucesivas visitas que realizó, sobre todo en los últimos años, al término municipal cuando disfrutaba de sus vacaciones. Su fallecimiento ha causado también consternación en Ventoxo y en Soutelo, cuyos vecinos ayer le recordaban en la casa familiar donde residía su abuela, que hoy pertenece a su tía pero se encuentra vacía, y que está situada en la confluencia de la carretera de Ourense y la calle del Grupo Escolar.
