Veintiún días después de la desaparición de Diana Quer, la investigación sigue su curso sin dar por cerrada ninguna hipótesis, desde una marcha voluntaria, que se debilita con el paso de los días, hasta un desenlace trágico del que no se han hallado evidencias.

Aún con la investigación bajo secreto de sumario, a lo largo de la semana se supo que la joven no tenía intención de acudir esa noche del 22 de agosto a la fiesta de la Virxe do Carme dos Pincheiros, pero un mensaje a su móvil le hizo cambiar de idea a última hora.

También se confirmó que regresó a su casa de A Pobra do Caramiñal la noche de su desaparición tras despedirse de sus amigas. Allí se cambió el pantalón corto rosa que llevaba por un vaquero largo y salió de nuevo llevándose las llaves, no así su DNI ni su pasaporte o tarjetas de crédito, lo que puede suponer un indicio de que la joven no tenían intención de marcharse.

Tras salir de la casa, pudo subirse a un coche, a tenor del análisis del posicionamiento de su móvil, dada la velocidad de su recorrido en relación con los repetidores. El teléfono dejó de tener señal en torno a las 4.00 horas. El móvil es uno de los principales elementos con el que cuentan los investigadores. Las pesquistas, desde un punto de vista técnico, tratan de ahondar en qué teléfonos pudieron conectarse a los mismos repetidores y a la misma hora que Diana.

La búsqueda sobre el terreno también sigue y el domingo pasado operativos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil, acompañados por un helicóptero, rastreaban la zona de A Pobra. Los investigadores suspendieron las batidas ciudadanas el lunes para evitar que interfirieran su labor y desde ese día solo rastrean los servicios de la investigación.

La Guardia Civil, según afirmó el padre de Diana, Juan Carlos Quer, tiene en su poder el ordenador y otros objetos pertenecientes a la joven para estudiarlos a fondo.

También esta semana, la asociación SOS Desaparecidos, un colectivo que da a conocer casos de personas a los que se les ha perdido la pista, activaba su protocolo internacional remitiendo la ficha con las imágenes y la información de la joven a sus delegaciones y colectivos que colaboran con ellos en Portugal, Francia, Suiza, Bélgica, Italia, Grecia y Polonia.