Catalina N. G. llegó a la mayoría de edad hace poco. La Guardia Civil y la Policía Nacional tienen en marcha un operativo desde la semana pasada después de que su abuela denunciase su desaparición. Las hipótesis se mantienen abiertas hasta dar con ella, pero no se descarta que la joven de 18 años recién cumplidos se haya marchado por voluntad propia. Según aseguraban ayer fuentes de la investigación, dejó una nota en su piso de estudiante del barrio ourensano de O Vinteún. En el escrito, que ya ha sido analizado por la Guardia Civil, explica sus motivos.

De lunes a viernes Catalina residía en la ciudad, donde cursaba sus estudios. Los fines de semana solía acudir junto a sus abuelos a una aldea de Sarreaus, en cuyo domicilio está fijada la residencia de la joven. No hay noticias desde el pasado jueves 6 de abril.

La infancia de esta joven no fue la más fácil. Su padre fue asesinado por su suegro y abuelo de la chica, que murió en prisión. La madre falleció en un accidente de tráfico y ha habido disputas en la familia por su custodia.