La Policía Nacional ha resuelto una agresión sexual que a punto estuvo de quedar impune en Santiago. Los hechos tuvieron lugar hace más de un año y la víctima no denunció por temor a posibles represalias, pero el pasado fin de semana, la joven reconoció a su agresor en un local de copas y el grupo de amigos que la acompañaban no dudó en abordarlo, discutieron con él y lo retuvieron hasta que llegó la policía y procedió a su detención. Tras pasar a disposición judicial, el juez de guardia ordenó su ingreso en prisión ante los datos y pruebas aportados en el atestado policial.

La joven, de 29 años, explicó a los agentes que en enero del año pasado, y tras una noche de ocio con una amiga, acudieron voluntariamente al domicilio de un varón al que habían conocido en un bar con otros dos chicos. Una vez en el piso, según el relato de la víctima, y cuando se encontraba descansando en una de las estancias del domicilio, el joven aprovechó para abusar sexualmente de ella, lo que motivó su huida precipitada de la vivienda en cuanto pudo zafarse de él. La mujer, según el atestado, huyó del piso en estado de aturdimiento y desconcierto, lo que se tradujo en una negativa a interponer denuncia de manera inmediata.

Al parecer, durante todo este tiempo no formuló denuncia fruto de la inseguridad y por miedo a posibles represalias. Sin embargo, al encontrárselo en un bar de copas el pasado fin de semana, les contó a sus amigos lo ocurrido un año antes y finalmente el agresor fue detenido.