María Teresa Campos hizo una campaña sobre el ictus, y eso y que su chófer recordó uno de los síntomas ha hecho que la presentadora esté "hoy aquí" y parezca "que no le ha pasado nada", aunque le ha pasado "mucho", según aseguró ayer a su salida del hospital en el que ingresó hace una semana.

La periodista, de 75 años, permanecía ingresada en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid desde el pasado 16 de mayo, cuando sufrió un ictus que le ha afectado a la visión, y ayer recibió el alta médica en medio de una gran expectación mediática. Al salir, vestida con un pantalón blanco, una blusa rosa y unas grandes gafas de espejo, la presentadora declaró a los periodistas que había algo "muy importante" que quería decir y pidió agua para aclararse la voz. "Cuando me sentí mal, hubo personas... Hice -continuó, tras una pausa emocionada- una campaña sobre el ictus, y Gustavo (su chófer) se dio cuenta de que yo tenía una de las cosas que dije en esa campaña". Campos aseguró que va a hacer todos los ejercicios que le han prescrito "con esto de los ojos". "Espero que nos veremos pronto", deseó. Campos dio las gracias a la prensa por el interés "en su persona", a Mediaset y a su consejero delegado.