El cineasta franco-polaco Roman Polanski volvió ayer a Cannes, terreno conocido y conquistado, con D'après une histoire vraie, un thriller protagonizado por su pareja, Emmanuelle Seigner, y por Eva Green, que convenció en su pase fuera de competición. Su relato de una novelista agotada y falta de inspiración tras el éxito de su última obra, que entabla una relación cada vez más tóxica con una admiradora y también escritora que trabaja de negra en el sector, está basada en la novela homónima de Delphine de Vigan.

Cuatro años después de La Venus à la fourrure, que le valió el César a la mejor dirección y su selección en Cannes en competición, el realizador se dejó seducir por esa adaptación por el suspense del relato y la posibilidad de poner por primera vez, según contó ayer, a dos mujeres enfrentadas como protagonistas.