Después de dos años de un "necesario descanso", Pablo Alborán regresa a la primera línea de la industria musical con su cuarto álbum de estudio, Prometo, un trabajo que define como "el más libre" de todos los que ha firmado hasta ahora. Hace dos años, siendo el artista más destacado de la industria de la música española, con más de dos millones y medio de copias vendidas de sus anteriores trabajos y más de 12 millones de seguidores en sus redes sociales, Alborán sintió que había llegado el momento de parar y alejarse del ruido. " Prometo nace desde el silencio. Este es un disco libre que me ha ayudado a desfogar y curar heridas. Quería ser yo mismo con este disco. Gracias a esta pausa he podido desconectar de todo y conectarme conmigo mismo, mi familia y mis amigos", destaca el cantante.

- Asegura que se trata de su disco más sureño, pero es el que más estilos distintos contiene.

-Sí, porque mi Málaga natal tiene también mucho de muchos lados. Y cuando estaba grabando en Miami había muchos rincones que me recordaban a Málaga o a Tarifa. Precisamente creo que ese es el espíritu que tenemos los andaluces de tener las puertas abiertas. Y para mí este disco es así también: de puertas abiertas, con muchos estilos y donde la voz los une a todos.

- Este trabajo aparece después de dos años de pausa en la que sostiene haber sanado heridas. ¿Tan graves eran?

-Más que herido estaba agotado. Y cuando uno se encuentra en ese estado incluso se hace heridas sin saberlo. Y necesitaba escucharme un poquito más. He tenido mucha suerte porque llegado el momento, también mi equipo se dio cuenta. Todos necesitábamos parar. Nos vino bien a todos. En mi caso me vino bien porque ya no componía. No tenía nada que componer. Y ahora he vuelto con la mochila cargada de experiencias.

- Hemos sido testigos de casos de otros artistas, como Lady Gaga o Amy Winehouse, en los que la industria era la que les apretaba hasta explotarlos. ¿Es su caso?

-No, al contrario. Incluso el presidente de mi compañía (Warner) me llegó a decir "por encima de mi cadáver haces una entrevista más". Siempre he tenido ese apoyo que no sé si siempre se tiene... Yo sí he tenido esa suerte.

- Sostiene que éste es su disco más libre. ¿Se sentía encarcelado o atado a algo?

-Claro que no. Lo que sí es verdad es que estaba atado a componer desde las habitaciones de los hoteles, desde los coches, los aviones y los trenes... Incluso en mitad de las entrevistas me surgían ideas. Ahora disfruto de las charlas de las entrevistas y desde esa calma nace este disco. Antes, cuando me surgía una idea, tenía que apuntarla corriendo. Pero este disco se ha hecho de otra manera: ha sido llegar a casa y vaciarme. Y estuve varios meses sin agarrar una guitarra. Volví a estudiar, a viajar, a estar con mi amigos y familia... Y a partir de ahí desbloqueas un montón de cosas y a la hora de escribir no me planteaba si tenía una estrofa o un estribillo. Y esa libertad está reflejada en las letras, los estilos e incluso en las estructuras.

- ¿Cuando asegura que promete seguir haciendo música como siempre es porque el éxito le ha enseñado su peor cara?

-Son dos promesas. Una hacia mi público que quiere escuchar mi música y sé que la única verdad que puedo ofrecer es que voy a morir haciendo música. La música va a estar conmigo sí o sí porque la necesito. Y también es una promesa a mí mismo de querer tener la cabeza donde esté el cuerpo. No estar constantemente intentando controlarlo todo y delegar.

- O sea, que se ve como los Rolling Stones con 80 años y sobre los escenarios...

-Pues sí. Ojalá. Son una pasada. Los vi hace muchos años y son bestiales. Y sobre todo que tengan un público que te quiera seguir escuchando. Aunque no hablo solo de ejercer como músico y dar conciertos, me encantaría ser productor y estar detrás de las cámaras. A eso me refiero: la música estará en mi vida de un modo u otro.

- Asegura que le gustan los concursos televisivos dedicados a valorar las actuaciones de jóvenes talentos y que incluso le han ofrecido participar como jurado. Pero son muchos los que critican a este tipo de programas porque consideran que no aportan nada a la música.

-Y por eso sigo pensándolo mucho, porque una parte de mi piensa cosas parecidas. Prefiero seguir por ahora las decisiones que me nacen del corazón. Y si algún día hago un programa de este corte, quiero hacerlo porque me apetezca y no como herramienta para promocionar un disco.