En los noticieros de este caluroso verano ya son habituales las informaciones relativas a la escasez de hielo en los locales hosteleros.

Ante esta situación, algunos bares y cafeterías optan por cobrar un suplemento por el hielo servido para, dicen, desincentivar al cliente de su consumo.

Un euro por cuatro cubitos

Pero el debate está servido: ¿cuál es el precio justo que debería cobrarse por el hielo? En las redes consideran que cobrar un euro por tan solo cuatro cubitos es pasarse de la raya.

Es lo que le ha ocurrido a Marina, una twittera que se quedó congelada en Tarragona cuando le cobraron un euro por añadir cuatro cubos de hielo al café que había pedido.

Ni corta ni perezosa, la perpleja consumidora publicó un vídeo en Twitter, compartiendo el caso y afirmando que en otro local tan solo le cobraron 25 céntimos por el mismo suplemento de hielo.

Las redes sociales se incendian y descongelan a la twittera helada

El vídeo de Marina ha cosechado un aluvión de comentarios de apoyo, a caballo entre la indignación, el sarcasmo e incluso las ofensas al aprovechado hostelero.

No es de extrañar, puesto que el hielo no tiene ni de lejos un coste tan estratosférico. Basta con hacer un simple cálculo para darse cuenta de que, aprovechando la escasez de hielo, algunos aprovechan para obtener beneficios adicionales.

Un margen comercial disparatado

Y es que, teniendo en cuenta que una bolsa de hielo de 2 kilos cuesta unos 80 céntimos en el supermercado y que cada cubito pesa unos 50 gramos, el coste de cada cubo de hielo es de solo 4 céntimos.

Por tanto, al dueño del local tarraconense el suplemento en el servicio le costó 16 céntimos. Esto quiere decir que multiplicó por más de seis el valor real del hielo.