Muchos creen que la naturaleza es perfecta, la verdad es que no lo es, pues en su diseño podemos encontrar varios errores. Desde el inicio de nuestra adolescencia y hasta nuestra vejez, estamos acostumbrados a tener deseos sexuales que nos preparan para la reproducción, el fallo de la naturaleza se halla en que aunque estemos preparados para engendrar vida, no lo estamos para la crianza. Existe la errónea creencia de que criar a un hijo es algo instintivo y natural, desgraciadamente no lo es, pues una gran parte de los padres fracasan en ello. En vez de criar a un hijo aprendiendo de los errores de sus padres, muchos de ellos educan a sus hijos como sus padres les educaron a ellos, repitiendo errores con el fin de proyectar en sus hijos el odio que no pudieron expresar hacia sus padres cuando estos les hacían daño. Y así es como se hereda el sufrimiento y la negligencia. Ser padre es una gran responsabilidad pero jamás es una obligación, si vas a tratar mal a tus hijos no tengas hijos. A palabras del poeta libanes Kahlil Gibran, "tus hijos no son tus hijos. Son hijos de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen".