Con el título, El núcleo de Vilaboa tendrá la primera turboglorieta del área coruñesa, publicaba recientemente un medio local un interesante reportaje sobre el tema. Más allá del rimbombante nombre de la infraestructura, lo verdaderamente importante del proyecto es que rompa con la inercia del diseño circular de los carriles (que no conducen a ninguna parte), y se decida por los longitudinales, que canalizan el tráfico desde el centro de la glorieta hacia los viales de salida, evitando así los trenzados en la calzada anular. Aunque, para mi gusto, faltan flechas de selección de carriles en la mentada calzada anular (según dibujo), con la seguridad de que, llegado el momento, también sus autores se percatarán de ello, en mi opinión se merece un notable.

Y dicho lo dicho, permítanme un breve comentario sobre el interrogante del título de esta misiva. En el noticiero (como suele ocurrir con la mayoría de personas que tratan el tema) se utilizan los términos glorieta y rotonda indistintamente como si fueran sinónimos, y no lo son. Sin entrar en otras disquisiciones -que las hay- la definición que de estas infraestructuras nos da la Ley de Seguridad Vial es la de glorieta. A partir de ahí, ninguna objeción a que, si lo prefieren, utilicen el prefijo "turbo". La verdad es que, al tratarse de una importación, luce mucho. Pero, repito, su nombre, con o sin turbo, debe ser el de glorieta.