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La Iglesia protege su patrimonio

Los templos coruñeses velan por sus tesoros

Las parroquias coruñesas instalan cámaras de videovigilancia para custodiar su patrimonio artístico y religioso, ya antes de que el Arzobispado recomendase que las joyas más valiosas se enviasen a museos

Los templos coruñeses velan por sus tesorosvíctor echave

Lo de cuidar el patrimonio eclesiástico ante malhechores o ladrones no es una moda calixtina reciente. Ya en 1850, el arzobispo de Santiago ordenaba a los responsables de sus templos que guardasen sus tesoros para protegerlos de "robos sacrílegos". Pasado medio siglo, el Arzobispado compostelano pretende "animar" a los párrocos a que accedan a guardar en museos o centros similares sus principales piezas, objeto de deseo para coleccionistas de gustos medievales o amigos de los metales preciosos ajenos. En A Coruña, donde prácticamente no queda ninguna pieza transportable anterior a la Edad Moderna, los deberes ya están más o menos cumplidos. Para empezar, son varias las parroquias se han hecho con cámaras de vídeovigilancia para evitar disgustos. Y las más antiguas ya tienen adelantado el trabajo. El mejor ejemplo, la Colegiata, con su coqueto museo de arte sacro, que alberga dos de las piezas religiosas más valiosas de la ciudad: la arqueta y la custodia donadas por Mariana de Neoburgo a la ciudad en 1691.

"A Coruña no es Santiago, hace un siglo solo había cinco parroquias y hoy hay 38", señala el investigador y teólogo, Carlos García Cortés, que acaba de publicar el libro Templos Coruñeses (Editorial Xerión) y que saca a colación el mandado arzobispal del siglo XIX sobre la protección del patrimonio: "Ya se ve que es un tema antiguo". Manifiesta que, por tanto, es infrecuente hallar algo anterior al siglo XVI y que, además, cualquier elemento moderno no va a estar hecho de plata ni oro ni de nada que lo convierta en un bien codiciado por los saqueadores. "Desde el Concilio Vaticano II pueden estar hechos de cualquier material porque son más valiosos por la función que tienen, Dios no necesita de lo otro", explica García Cortés.

Para el autor, lo más valioso "no se puede coger y llevar" porque son los propios templos. Para empezar, la Colegiata de Santa María del Campo y la iglesia de Santiago, las dos joyas del corazón de la Ciudad Vieja, que protagonizaron años de debates y pleitos entre vecinas hasra que se declaró a la segunda la iglesia matriz de la ciudad. Dentro de ella, están lo que los historiadores han identificado como aras romanas, puede que testigos de algún antiguo templo pagano. Otros de sus tesoros son la pila bautismal y un precioso Santiago sedente (sentado), ambos del XIV, y la popular Virgen de la Leche.

La Colegiata ya juega en otra división. Y es que tiene, por empeño del anterior abad, el padre Taboada, un museo propio. En la misma plaza, se levantó en un terrenito en que el arquitecto Gallego Jorreto supo aprovechar e integrar en el histórico entorno. El discreto Museo de Arte Sacro, aunque pequeño, es capaz de tener más visitas anuales que el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago, según asegura García Cortés, que lo describe como "una perla guardada en una concha muy bonita".

Jorge Obanza es el responsable del centro y describe que incluye piezas que se fueron atesorando desde el XVI. La mayor parte corresponden al periodo entre 1750 y 1825. El objeto más antiguo, relata, no tiene valor más allá de esa condición. Es una sencilla campanilla de bronce del siglo XVI, igual que las que se usan ahora en las eucaristías.

Lo más valioso, sin duda, las piezas donadas por Mariana de Neoburgo, que esperó durante seis días en la ciudad para conocer a su esposo, Carlos II, y donó a la urbe después estas manufacturas alemanas en agradecimiento.

Pero no solo de plata y oro se hacen los tesoros. Lo sabe bien el actual abad de la Colegiata, Ismael Velo, que había sido antes, durante más de dos décadas, canónigo archivero. Sus niños bonitos son los libros, documentación "no solo eclesiástica, sino también sobre las instituciones". "También libros, impresos, algunos del siglo XV", relata quien ha buceado en ellos durante años. Están catalogados como patrimonio bibliográfico de Galicia. Habla de conjuntos como las obras de San Juan Crisóstomo y las de San Bernardo, ligadas a monjes de Saint Germain des Prés. Algunos documentos dan cuenta, además, de la relación de la Colegiata con la historia de la ciudad, según explica el abad del templo.

Otro museo custodia piezas religiosas propias y de otros templos. Es el centro arqueológico del Castillo de San Antón. Situada en la primera planta, una pequeña capilla ya sin uso acumula cruces procesionales, petos de ánimas, lámparas litúrgicas, títulos de indulgencia colgados... Así lo describe el libro Templos coruñeses, que añade también una virgen procedente de las capuchinas (Panaderas) levantada ante una tela procedente de una tienda musulmana datada del siglo XVII. Al trasladarse a Liáns (Oleiros), las capuchinas dejaron algunas piezas en otros lugares de la ciudad pero se llevaron otras. Entre ellas, un cuadro de San Francisco atribuido a Zurbarán, aunque algunos lo señalan como obra de Mateo Cerezo, según García Cortés.

Más misterios atesora en su interior otra orden femenina, las clarisas del convento de la plaza de las bárbaras, protegido con cámaras desde hace unos años. A simple vista, eso sí, algo que los ladrones a priori no se podrán llevar, ejemplo de los escasos restos de la iglesia bajomedieval. Se trata del famoso relieve de iconografía típicamente gallega de aquel periodo que preside el arco de entrada.

Cerca, también vigilada, la imagen pétrea de la virgen con un niño Jesús en brazos. Es del siglo XIV y está en el exterior de los Dominicos. Procede del primer templo dominico, del cual también quedan otros restos depositados en el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón.

La videovigilancia ya no es algo anecdótico en los templos de la ciudad. Así lo explica el ministro presidente de la Venerable Orden Tercera, Salvador Peña. "Cuando empezó a haber robos, fuimos sensibles al tema, nos preocupa", indica Peña, que entiende que "no solo es patrimonio de la Iglesia, es patrimonio de todos".

La orden seglar narra que, ya hace años, hicieron un inventario de todo lo que había en el templo de la plaza de Carlos I para enviar toda la información al Ministerio de Cultura y a la Policía Nacional, "para que hubiese constancia de que existen y, en caso de robo, que lo puedan localizar en anticuarios o en manos de los ladrones".

Después, "hace tres o cuatro años", pusieron cámaras de seguridad, "porque se escuchaba por ahí que podían hacer un butrón y entrar, se trata de proteger bienes materiales pero también respeto espiritual dentro del recinto". La junta decidió pedir permiso, poner cámaras y conectar una alarma. "San Jorge, las clarisas... muchas tienen", dice Peña, que suma que nunca han tenido que lamentar robos, ni siquiera durante el trajín de Semana Santa.

En esos días sacan a la calle sus bienes más preciados, tallas principalmente del siglo XVII y XVIII. "Son de Ferreiro, de la Escuela de Pedro de Mena...", describe el ministro de la Orden Tercera. Esos nombres y otros maestros del barroco, principalmente compostelanos, como Gambino, se repiten en otras parroquias de Pescadería, como San Nicolás o San Jorge, cuya fachada firma Casas Novoa. "Es que los verdaderos tesoros son las iglesias, las construcciones, y eso no se puede subir a un camión", concluye el investigador y docente Carlos García Cortés.

San Jorge, las bárbaras, la Venerable Orden Tercera, varios templos de Pescadería... como muchos comercios o viviendas las iglesias coruñesas se han tenido que poner al día en materia de seguridad. El ministro presidente de la Orden Tercera, Salvador Peña, explica que, aunque no han tenido que lamentar ningún robo, la junta decidió hace tres o cuatro años dotar el templo de la plaza de Carlos I de cámaras de vigilancia y alarma. "e trata de proteger bienes materiales pero también respeto espiritual dentro del recinto", dice Peña para añadir que 091 y Xunta tienen un listado de su patrimonio por lo que pueda pasar. / Redacción

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