La banda del calzoncillo ataca de nuevo

Este año sólo fueron ocho minutos porque las fuerzas del orden llegaron más raudas y la veintena de jóvenes en calzoncillos, los novatos de un conocido colegio de A Coruña, los margaritos, volvieron a protagonizar la noche más divertida de la Ciudad Vieja. Pasaban cuarenta minutos de las doce de la noche de ayer cuando empezaron a oirse unos cánticos: llegaban los adolescentes, vestidos solo con ropa interior y tenis, a cantarles a las jóvenes de la residencia femenina de las religiosas de María Inmaculada, bajo las ventanas que dan a la plazuela de los Ángeles, al lado de María Pita.

Algunos lemas son tradicionales y se repiten cada año: "tira un tanga", "tira un cubo" y sobre todo el "inmaculada, hazme una...", se corearon sin pausa por parte de los chavales mientras dos jóvenes, estos vestidos, se encargaban de vigilar en las esquinas que no acudiese la policía.

Esta novatada, voluntaria y de carácter lúdico, fue este año más corta pero más audaz, ya que los participantes, en slip o boxer, llegaron a pedir que se asomase una monja, incluso mencionaron su nombre. Los chavales tuvieron suerte y entre cubo y cubo de agua que les arrojaban las jóvenes de la residencia, alguna terminó por atender su petición y les lanzó un tanga. Ellos tuvieron rápido el ingenio y corearon al únisono: "eso no es un tanga, es un paracaidas".

Sobre las 00.48 horas llegó un vehículo de la Policía Local pero avisados por los vigilantes huyeron por las calles adyacentes, por Nuestra Señora del Rosario y Amargura, empapados y en gayumbos. Luego acudió una patrulla de la Policía Local, pero jugaron con las fuerzas policiales al gato y al ratón y cuando los vehículos llegaban a una esquina ellos estaban en otra, persiguiendose continuamente. Intentaron retomar la juerga, pero ya no fue posible y se alejaron, unos por María Pita y otros por la calle Damas hacia la plaza de Azcárraga, con la misión cumplida: un año más, triunfaron los margaritos.