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Hace una Década

El museo que se llevó la crisis

El Ayuntamiento adjudicó en 2004 a los arquitectos Mihura y Romero el diseño de un centro sobre las baterías del monte de San Pedro que nunca llegó a realizarse

El museo que se llevó la crisis

Los valores paisajísticos del monte de San Pedro y la peculiaridad de las instalaciones militares en desuso que alberga animaron al Ayuntamiento en 2004 a crear en este lugar un museo que tuviera a las antiguas baterías de costa como eje. El concurso de ideas que se convocó fue fallado el 25 de noviembre de ese año, momento en el que se dio a conocer el proyecto presentado por los arquitectos José Manuel Mihura y Sonia Romero, que fue mejor valorado que el planteado por la empresa Malvecín.

Aunque en aquel momento se estableció un plazo de 6 meses para la elaboración del proyecto definitivo, lo cierto es que 10 años más tarde de aquella iniciativa no queda nada, puesto que el museo existente en el monte de San Pedro se limita a una pequeña sala de la instalación artillera en la que se ofrecen datos sobre el funcionamiento de esas piezas y su historia. El elevado coste de esta actuación y el inicio de la crisis económica dieron al traste con la idea de Mihura y Romero, que llegaron a abordarla tanto con el gobierno de Javier Losada como con el de Carlos Negreira, pero que sin que llegase a materializarse.

Cuando en 2004 se hizo público el proyecto, su coste se estimó en 3,2 millones de euros y su plazo de ejecución en 34 meses, pero cuando un año después se presentó el diseño definitivo, el presupuesto ascendió a 4,7 millones y el tiempo para su construcción se redujo a 24 meses. El museo debía estructurarse en seis áreas temáticas, de las que la primera será un módulo de acogida e introducción general dedicado a informar sobre el monte de San Pedro y la batería de costa, tras el que se pasaría al módulo del pozo, en el que se encontrarían la sala de máquinas, almacén de municiones y proyectiles y el pozo de las baterías.

La visita continuaría en el espacio dedicado a la vida cotidiana en esta instalación militar y daría paso al módulo del telémetro, en el que se explicaría el funcionamiento de este aparato de artillería, utilizado para el cálculo del tiro. El módulo de la torre-cañón permitirá contemplar toda la maquinaria de la pieza, mientras que el del centro de dirección de tiro haría un recorrido por los sistemas empleados para esta labor. En la superficie se visitarían los pozos que fueron utilizados para situar cañones antiaéreos.

El proyecto proponía recuperar los antiguos edificios militares para adaptarlos a la función expositora y enlazar el recorrido entre ellos mediante una galería semienterrada en el terreno que relacionaría el complejo con su antiguo uso castrense. El museo respetaría además el diseño del parque y sus viales para reducir el impacto sobre el paisaje.

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