La Opinión de A Coruña

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Divulgación científica para todos los públicos en A Coruña

Los Prisma reconocen al investigador Enrique Pérez Montero por acercar la ciencia a las personas con discapacidad

Foto de familia de los galardonados con los premios Prisma, ayer, en María Pita, Pérez Montero con su perro guía ‘Rocko’, a la derecha de la alcaldesa, Inés Rey. | // LA OPINIÓN

“Prácticamente todos vivís engañados con la sensación de que lo que lo que sabemos del universo lo hemos aprendido con el sentido de la vista. Lo que pasa es que el mundo que nos rodea lo interpretamos con el sentido de la vista. Transformamos y traducimos la información de la radiación electromagnética, de ondas invisibles... a un canal que es visual, por eso la gente se decepciona cuando va a una observación pública y ve a través de un telescopio porque lo que ve no es lo que se esperaba. Nada nos impide utilizar otros canales alternativos, como el tacto o el sonido”, explica el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC) Enrique Pérez Montero, cuya labor fue reconocida ayer con el Prisma Especial del Jurado de este año. Su mérito, “promover una divulgación que acerca la ciencia a las personas con discapacidad visual”, así como hacer “reflexionar al conjunto de la sociedad”.

Cuando acabó la carrera supo que tenía una enfermedad degenerativa que afectaba a su retina y que era cuestión de tiempo que se quedase ciego —fue hace un lustro cuando perdió la visión completamente—. Esa “tortura psicológica de ir perdiendo la vista poco a poco”, tal y como él la denomina, le dio el tiempo necesario para poder organizar su futuro y sus áreas de estudio y se centró en la astronomía.

“Yo creo que todos los proyectos de divulgación, independientemente de que haya ciegos o no, deberían ser inclusivos porque vosotros, si tenéis la información por varios canales, la vais a entender mejor y nosotros, vamos a poder acceder a ella”, relata Pérez Montero, acompañado de su perro Rocko. Asegura que, cuando hace talleres inclusivos, todo el mundo quiere “tocar la máquina de Marte o escuchar el sonido del viento en ese planeta”. Confiesa que la base de su trabajo no es ni un sonido ni una maqueta ni una imagen sino que son las matemáticas.

“Son las que nos conectan con la naturaleza y es el lenguaje que utilizamos para entenderla, además, son universales, no necesitas ver las ecuaciones para acceder a ellas”, comenta Pérez Montero, y añade que detesta el refrán de “la curiosidad mató al gato”, porque es firme defensor de la duda y de las preguntas, de querer saber y entender y de formar y formarse. “Hacerse preguntas es ya una manera de interesarse por la ciencia. A mí me resulta curioso que haya gente que no se pregunte qué es el universo y cuál es nuestro lugar en él”.

En la gala de entrega de los premios Prisma, que organizan los Museos Científicos Coruñeses y el Concello, recibieron también sus galardones la webserie Camino a congreso, que es una ficción audiovisual “que retrata con humor la cotidianidad en un equipo científico”; el Prisma de Bronce en la modalidad de proyecto singular fue para Dones de ciencia, promovido por la Universidad Politécnica de Valencia, por “visibilizar a científicas contemporáneas” en un proyecto que combina arte, ciencia y participación ciudadana. La Universidade da Coruña y Aspace fueron galardonados con una mención honorífica por su proyecto singular Talentos inclusivos.

El pódcast La lupa sónica, de María Teresa Pérez Cidoncha y Xaviera Torres Joerges, recibió el Prisma de Bronce al mejor trabajo en radio de divulgación científica, por “acercar la ciencia a la juventud con un estilo innovador y un diseño sonoro de gran calidad”; en la modalidad de nuevos medios, el premiado fue Oihan Iturbide, por Yonki Books, por su tratamiento de las adicciones con recursos de calidad y “riqueza de formatos”.

Jesús Méndez González, de Agencia SINC, fue el galardonado en la modalidad de artículo periodístico, por su pieza Historia de un secuestro genético: así fue como una mosca robó “superpoderes” a una planta, por “convertir una investigación de ciencia básica y muy poco conocida en una historia fascinante”. El premio al mejor libro editado fue para Ángela Bernardo, por Acoso, “por presentar una investigación rigurosa sobre el acoso”. Recibió una mención especial la autora del libro La ciencia del chup chup, Elena Sanz.

La alcaldesa, Inés Rey, reivindicó ayer en el acto de entrega de la edición número 35 de los premios Prisma la ciencia como herramienta para la construcción de un mundo mejor.

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