Para esta adaptación de la obra considerada más surrealista de Federico García Lorca, la directora del Centro Andaluz de Danza ha optado por dos solistas y veinte bailarines.

"Proceden de todos los estilos y todas las nacionalidades para recrear la atmósfera de multitud de la sociedad neoyorquina", explica la artista en el dominical "Journal du Dimanche".

Li señala que al llegar a Nueva York en 1929 Lorca se vio confrontado a una "inmensa soledad afectiva" y "al miedo de una sociedad víctima entonces del crack bursátil" de aquel año, y opina que la experiencia le permitió "escribir sobre el ser humano en lo que tiene de más visceral".

La coreógrafa, que a los 17 años se trasladó a Nueva York, donde conoció el arte de Martha Graham, el nacimiento del hip-hop y la soledad de "una pequeña alma europea en la gran ciudad", ha buscado huir de los estereotipos de la "Gran Manzana" en la obra.

"He buscado la simplicidad y la abstracción", afirma.

En "Poeta en Nueva York" representa los rascacielos de Manhattan en forma de escaleras de diversas dimensiones, por las que suben y bajan los bailarines.

Y reconstruye un cabaret de Harlem, el único lugar donde Lorca encontraba algo de paz: "ilustro su nostalgia del flamenco y la modernidad que le rodea con el jazz", explica.