fútbol

Athletic y Reinildo tumban al Atlético

El VAR anuló a los rojiblancos un penalti en el descuento por fuera de juego previo

Álvaro Morata es trabado por Paredes y el resto de defensores al intentar rematar. |  // AGENCIAS

Álvaro Morata es trabado por Paredes y el resto de defensores al intentar rematar. | // AGENCIAS / Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Vestido de blanco impoluto, sin ánimo de provocar con su alba indumentaria, pero con ella puesta, el Athletic clavó la pica que nadie había podido clavar en los 13 últimos meses en el corazón del Atlético. La temeraria torpeza de Reinildo provocó la victoria de los bilbaínos en el Metropolitano, la primera derrota del Atlético en casa en más de un año. Una derrota con subsanación posible, pues resta la vuelta en San Mamés. Una victoria, con todo, que acerca al Athletic a una nueva final de la Copa, ese trofeo con el que sueña cada noche.

El Barça había sido el último equipo capaz de ganar en el Metropolitano. Dos veces había fracasado el Madrid en lo que va de curso, en sus dos únicas derrotas de la temporada. Pero este Athletic en trance, que se siente capaz de todo, con el punto de fortuna de ver invalidado por fuera de juego un penalti en contra en el descuento, se colgó esa simbólica medalla del cuello. Un primer paso para la que de verdad le interesa: volver a ser finalista. La supina torpeza de Reinildo, una de las novedades de Simeone junto a Barrios y Memphis, descorchó una velada hasta entonces cerrada a cal y canto, con ambos conjuntos anulando las propuestas con el balón que trataba de armar el otro, bien ordenados sobre el tapete tanto los de Simeone como los de Valverde. No contaba el Cholo, con que su defensa fuera a ser tan imprudente de arrollar con los pies por delante a Prados. Daba hasta apuro contemplar al mozambiqueño protestar con exagerados aspavientos tan clamoroso penalti.

No dispuso el Atlético de un gol en todo el partido para evitar que la victoria en San Mamés sea imperativa para estar en la final de Copa del Rey. Y no es esa una misión a la altura de cualquiera. Como tampoco lo era, al menos hasta ayer, ganar en el Metropolitano.