fútbol - Primera División

El genio de Lamine es insuficiente

El canterano firma un partidazo ante el Granada que solo sirve para el empate

Lamine Yamal, durante el encuentro. |  // ALEJANDRO GARCÍA

Lamine Yamal, durante el encuentro. | // ALEJANDRO GARCÍA / iván san antonio

iván san antonio

El genio de Lamine Yamal no fue suficiente para evitar el empate ante el Granada. Sobre el césped, la gran novedad fue Ter Stegen, de vuelta al equipo después de casi tres meses. Toda la primera mitad la cocinó el Barça a baja temperatura. Faltó chicha.

El Granada, valiente, presionaba alto, así que tocaba armarse de paciencia para madurar el partido y ganar metros poco a poco. Costaba masticar cada minuto y solo Lamine Yamal agarraba el guion para romperlo en mil trocitos con acciones alejadas del gris protocolo. Lewandowski le acompañaba con una labor de desgaste incansable. Entre los dos fabricaron la primera gran ocasión, pero el polaco no llegó por poco. Siguió intentándolo el Barça, voluntarioso, con las llegadas de Gündogan, de Pedri y de De Jong, que apareció en el área en el inicio de una jugada que acabó con un centro de Cancelo que Lamine Yamal convirtió en gol sin oposición en palo largo. Fue a los quince minutos. El Granada, lejos de echarse atrás, estiró líneas con malas intenciones.

Lamine inició una contra dibujada con escuadra y cartabón junto a Pedri, que esperó la llegada de Gündogan, que la puso para Lewandowski, que definió de primeras. Hongla sacó bajo palos. Era gol. Era el segundo. El Granada, tres minutos después, empató con una llegada de Ricard al área inapelable.

La segunda mitad amaneció sin cambios, ni en los onces ni en el decorado. En siete minutos el marcador cambió tres veces. Antes de eso, Pellistri probó a Ter Stegen en un uno contra uno. La defensa daba muestras de descomposición confirmadas cuando Cubarsí despejó un centro hacia atrás, remató mal Unzuni y Pellistri, solo, no falló. Gündogan se puso el disfraz de crupier y empezó a repartir cartas ganadoras a Lewandowski. Le puso la primera antes del 1-2 y Robert envió fuera. La segunda entró, firmando el empate. Todo cuesta demasiado y Montjuïc es cuesta arriba. El Granada respondió rápido: centro desde la izquierda y cabezazo de Ignasi Miquel.

Lamine empató con un obús dirigido desde la frontal. La siguiente jugada fue un paradón de Ter Stegen a Unzuni. En el otro área todo pasaba por un chaval de 16 años que no conoce el miedo.