Ana Peleteiro es un seguro de vida: se cuelga el bronce en el Mundial

La gallega asegura su presencia en los Juegos Olímpicos con su segunda mejor marca de siempre

Ana Peleteiro

Ana Peleteiro / Efe

Juan Carlos Álvarez

Ana Peleteiro volvió a confirmar en Glasgow su condición de implacable competidora. En su regreso a una gran cita después de haber sido madre la gallega conquistó la primera medalla española en el Mundial en pista cubierta al conseguir la tercera posición en la final de triple salto con una marca de 14,75 que además del bronce le da el pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de París que se disputan el próximo verano. Peleteiro conquistó de este modo los dos objetivos con los que acudía a Escocia.

La gallega confirmó una vez más que hay pocos valores más seguros en el atletismo español que ella. Existían ciertas dudas sobre su rendimiento después de apartarse de la competición tras los Juegos de Tokyo (donde fue bronce) tras su decisión de ser madre. Hace meses regresó a las pistas, alcanzó un óptimo momento de forma pero faltaba el examen siempre complejo de la alta competición. Y en Glasgow volvió a brillar. En la final no tardó en irse en el segundo intento a los 14,67 metros superando de forma amplia su mejor marca de este año que estaba en los 14,32 metros conseguidos en el Campeonato de España de Ourense. Pero el resto del concurso siguió por el mismo camino. Hizo un nulo larguísimo, otro salto de 14,65 y en el quinto intento subió hasta los 14,75 que suponen la segunda mejor marca de su vida después de aquellos 14,87 logrados en los Juegos Olímpicos. La prueba definitiva de que la gallega está en el punto en el que lo dejó hace dos años y medio cuando dio un paso al lado para atender otras cuestiones personales.

Peleteiro conquistó el bronce porque mejor que ella estuvieron la cubana Leyanis Pérez (plata con una marca de 14,90) y la dominicana Thea Lafond, que aprovechó la ausencia de Yulimar Rojas, la reina indiscutible de la especialidad, para conquistar la medalla de oro con un registro de 15,01 metros.

Para la gallega es su segunda medalla en un Mundial en pista cubierta (después del bronce de 2019) y la prueba de que la pista de Glasgow es sinónimo de buen resultado para ella porque en ese mismo escenario consiguió en 2018 la medalla de oro en el Europeo.