Antonio Jesús Regal, ‘Antoñito’ | Lateral derecho del Deportivo

“No sé cuánto me quedará y trato de disfrutar, pero jugar en el Dépor es un reto mayúsculo”

“No nos fijamos ahora mismo en la distancia; a todos los equipos les llegan las vacas flacas”

Antoñito, ayer en la ciudad deportiva después del entrenamiento. |  // ARCAY / ROLLER AGENCIA

Antoñito, ayer en la ciudad deportiva después del entrenamiento. | // ARCAY / ROLLER AGENCIA / Marcos Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Antonio Jesús Regal, Antoñito (Herrera, 1987), cumple su segunda temporada en el Deportivo asentado en el lateral derecho. Inamovible para Óscar Cano, el defensa sevillano reflexiona sobre su papel en el equipo, su competencia con Trilli y su eficacia en los centros antes del último partido del equipo previo al parón navideño.

¿Partido trampa el del domingo? Vacaciones a la vuelta de la esquina, visita al colista...

Es un partido diferente, en el sentido de que después hay vacaciones, pero es una semana de competición y hay que tomársela muy en serio para marcharnos a ese parón con tres puntos más. Puede ser también un partido engañoso por la situación en la que están ellos, pero vamos con la mentalidad de ganar.

¿Cuánto necesitaban una victoria como la de la jornada pasada contra el Racing de Ferrol?

Era un rival a priori directo y por cercanía para la afición también era un partido especial. En casa estábamos jugando un fútbol vistoso, de calidad, y solo nos faltaba concretarlo con un partido como el del domingo.

¿Preocupaba que con actuaciones como las de la Cultural o el Córdoba no terminaran llegando los resultados?

No. Sabíamos que con esa dinámica de juego terminarían llegando. Para nada nos hemos metido presión por los goles o por no sentenciar los partidos en su momento. Sabíamos que iba a llegar, que estábamos preparados y que teníamos que seguir trabajando.

¿Se quitaron un peso de encima por cómo estaba la clasificación y lo que pudiera ocurrir?

En la distancia ahora mismo no nos fijamos. Cada semana toca ganar y recortar. Nadie sube en diciembre, queda mucha liga.

¿No les inquietaba verse tan lejos de la cabeza?

No. Por el potencial que tenemos, por más que desde fuera se dijera que éramos frágiles de mente, yo veía al equipo fuerte. La mentalidad es positiva en el vestuario y sobre todo de disfrutar en el campo. Cada domingo toca ganar y ya fallarán los de arriba.

¿Confían en los tropiezos de los rivales?

Sí. Todo el mundo falla y tiene dinámicas malas. A todos los equipos les llegan las vacas flacas, ojalá que el Deportivo las haya pasado ya.

¿Le ha tocado en su papel de veterano hacer pedagogía en el vestuario para no caer en el pesimismo?

Algo se dice, pero la gente sabe cómo va esto. Todo el mundo sabe que los campeonatos son largos, que no se ganan en agosto ni en septiembre. Hay que darle tranquilidad a las cosas y trabajar día a día, que es lo que hace llegar a los objetivos.

Cuesta entender lo que ocurrió en Badajoz viendo esas actuaciones en casa. Dijo que se despistaron por el partido de la selección española...

Creo que se malinterpretó. Fue una forma de autocrítica hacia nosotros mismos. Fue ironía y una forma de criticar el partido que hicimos.

¿Qué pasó entonces en Badajoz?

Lo dijo bien el entrenador. Fue un partido tonto, un partido malo que te sale uno al año. Esperemos que sea ese partido malo de la temporada y que todos los demás sean buenos.

¿Por qué esa diferencia entre el Dépor de Riazor y el de fuera?

A todos los equipos les pasa. En Riazor nos sentimos más cómodos, tenemos el campo a nuestro favor, tenemos unas condiciones propias para nuestro estilo de juego y al final jugar en Riazor a nosotros nos motiva mucho.

Antes recomendaba “disfrutar en el campo”, ¿también se lo aplica a sí mismo en una temporada en la que está teniendo mucha participación?

Cada uno trabaja para jugar siempre, aunque es verdad que la competencia está ahí y te hace mejor. Yo trato de disfrutar del fútbol porque no sé cuánto me quedará, pero jugar en el Deportivo e intentar cumplir el objetivo es un reto mayúsculo y a la vez bonito.

La temporada pasada cuando llegó cayó de pie, ¿mantiene esa misma sensación?

Sí. Siempre he sentido el apoyo de la afición, me siento muy querido y muy a gusto en la ciudad y en el club.

Le toca competir con Trilli, al que todo el mundo le tiene mucha fe...

Sí, pero por eso digo que la competencia nos hace mejores. Ahora estoy teniendo yo más minutos, pero esto da muchas vueltas y mañana le puede tocar a Trilli. Si eso pasa me tocará apoyar desde el banquillo y darle ánimos. En esto un día juegas siempre y al otro ya no.

¿Habla con él? ¿Cómo lo ve?

Hablamos porque me llevo con él fenomenal. Tiene unas condiciones tremendas y de cabeza va bien. El fútbol le dará lo que merece.

Tenía mucha participación con Borja Jiménez y ahora también con Óscar Cano, ¿ha cambiado su papel?

Puede parecer que ahora los laterales estamos más bajos, pero acabamos haciendo los mismos metros y los mismos recorridos. Las situaciones de juego son diferentes, pero más o menos tenemos el mismo papel.

Lo que da la impresión es que sufren menos en defensa...

Cuando llega un entrenador trae sus ideas y Óscar vio que nos hacían muchas transiciones. Intentó protegernos más por el centro y que hubiera más gente por detrás del balón. Poco a poco estamos solventando esa sangría de contras y cogiendo más confianza.

¿Sufrían mucho?

La verdad que sí, corríamos mucho hacia atrás tontamente y nos hacían mucho daño. Esperaban al mínimo fallo para correr.

¿En qué más ha cambiado el equipo?

Son conceptos diferentes y que se crean a partir del discurso del entrenador. Con Borja el equipo también se hartaba de correr, pero cuando llega un entrenador nuevo todo el mundo quiere agradar para poder jugar. Estamos en ese momento en que hacemos todo lo que nos pide. Esperemos que dure hasta el final de temporada.

Desde fuera parece que Óscar Cano apuesta más por la libertad del jugador en el campo...

No me gusta comparar entrenadores, porque Borja también daba libertad, pero sí es verdad que con Óscar tenemos más espacio para la toma de decisiones en el campo. Sí que da esa pequeña libertad que al futbolista siempre le gusta.

¿Con ustedes también habla de la misma forma que en sala de prensa, el otro día dijo que lo que le pedía es que “no mandara el balón al tercer palo”?

También, es igual. Hace la misma broma, no cambia mucho.

Según quién se puede molestar, ¿en su caso no es así?

Para nada. Mientras que te ponga, que diga lo que quiera (risas).

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