Balona-Deportivo

El Dépor aprieta tarde en La Línea

Vuelve a su versión más floja a domicilio, la de casi siempre fuera de casa, y regresa con un empate insuficiente - Pudo llevarse el triunfo, pero solo en la recta final fue a por él de verdad - Pierde dos puntos y a Quiles

Un punto más o dos menos, según se mire. El de ayer en La Línea suma poco para el Deportivo a estas alturas de la temporada, con la recta final ya en el horizonte y cuando lo que toca es remontar. Aún queda mucho por delante, 36 puntazos en juego, pero no va a sobrar nada en esa lucha tan apretada por la primera plaza, la del ascenso directo. En el campo de la Balona el equipo coruñés volvió a su versión más floja fuera de casa, la de casi siempre a domicilio, demasiado tímido a la hora de atacar y sin acabar de imponer su teórica superioridad. Solo al final, en los últimos veinte minutos, fue a por el partido de verdad, de forma decidida, sometiendo al rival. Y a punto estuvo de llevarse la victoria con el cabezazo de Quiles que dio en el larguero. Pero también Mackay había salvado una clara en la primera parte, así que el reparto de puntos es lo más justo teniendo en cuenta que el Dépor solo compró boletos para ganar en esa recta final.

Otra jornada más sin perder, y ya son siete, las últimas cinco sin encajar. Números notables, de candidato claro al ascenso, pero que de momento no sirven para que al Dépor le den las cuentas. Sigue agarrado a la famosa media inglesa —ganar en casa y empatar fuera—, una buena velocidad de crucero pero que puede que no le baste para acabar en lo más alto de la clasificación. Necesita sumar de tres en tres también a domicilio. Y con cierta regularidad, no solo puntualmente. Fiarlo todo a Riazor es una temeridad pero, por lo menos, sigue a un solo partido del liderato y los rivales ya no le generan tantas ocasiones como hace unos meses. Detalle importante.

Es la lectura más positiva de un partido para el que Óscar Cano sorprendió dejando en el banquillo a Adrián Lapeña para apostar por el joven Pepe Sánchez por primera vez desde el inicio. Cumplió el central andaluz, bien arropado por un Pablo Martínez siempre fiable y competitivo. Los demás, los de siempre, con el regreso de Diego Villares por Isi Gómez después de que el canterano se perdiera por sanción el 5-0 ante el Badajoz. Nada que ver ese encuentro con el de ayer. En La Línea el Dépor tuvo muchos problemas para llegar arriba con peligro. Solo chispazos aislados hasta ese tramo final en el que el equipo coruñés volcó el campo hacia la portería local viviendo en campo contrario casi de forma permanente. Demasiado tarde.

El arranque del partido no fue malo para el Dépor, capaz con muy poco de generar algunas llegadas peligrosas. Las más claras, de Lucas, primero un mano a mano que abortó el portero De la Calzada y luego una falta directa ligeramente desviada. También tuvo las suyas la Balompédica Linense. Acarició el 1-0 Koroma, pero Mackay respondió con una parada salvadora. Romero, atento al rechace, acabó la jugada disparando alto. Susto grande para el Deportivo, muy incómodo ante la buena presión andaluza. La Balona no abusó de los pelotazos sino que trató de combinar con rapidez en campo contrario, con Álex Guti y Omar Perdomo muy participativos. Al Dépor no le duraba mucho la posesión pese a la insistencia de Rubén Díez para ofrecerse a sus compañeros. El zaragozano volvió a ser el más entonado de los centrocampistas, con Olabe y Villares más apagados.

Tampoco lucieron esta vez Quiles y Soriano partiendo desde las bandas. Venían de conectar mucho y bien con Lucas en el anterior encuentro ante el Badajoz, pero en La Línea no funcionó esa sociedad. Ni antes, ni después del descanso, aunque Soriano entró más en juego desde que centró su posición con la entrada de Saverio por Villares. Un centrocampista menos y un atacante más en busca de soluciones ofensivas diferentes. Las encontró el Dépor con varios pases al espacio para la carrera de Lucas Pérez. Poco le faltó al coruñés para plantarse solo ante el portero pero el gol no llegaba y los minutos empezaban a volar. A la Balona le iba bien con el 0-0. Entre el cansancio acumulado y el paso al frente que dio el Dépor, los andaluces empezaron a espaciar cada vez más sus acciones en campo a contrario, limitándose a defender con orden y dejar pasar el tiempo para amarrar ese punto tan valioso para ellos.

Arreón sin premio

En cambio, al equipo coruñés el empate no le llegaba para seguir el ritmo del Alcorcón, que el sábado había ganado 0-2 en León. Necesitaba los tres puntos y probablemente se los habría llegado si llega a entrar el cabezazo de Quiles a centro de Lucas. Fue un servicio perfecto, con todo a favor para que el andaluz anotara, pero su testarazo se estrelló en el larguero en la ocasión más clara del Dépor en todo el encuentro. El pichichi blanquiazul tuvo la mala suerte de ver una amarilla, la quinta de la temporada, así que se perderá por sanción el trascendental encuentro del domingo ante el Castilla.

Por Quiles entró Arturo en el 86, con poco tiempo por delante, aunque suficiente para recibir algún buen balón dentro del área. No acertó a rematar el espigado ariete. En cambio, sí lo hicieron Rubén Díez, desde la frontal del área, y Pepe Sánchez, de cabeza tras otro buen centro de Lucas. Ninguno encontró el premio del gol. Tampoco en la otra portería Koroma, cuyo disparo buscando la escuadra lo atajó Mackay con seguridad. El Dépor apretó tarde en La Línea, solo esos veinte minutos finales, y ve frenada su escalada hacia el liderato con un empate que le deja a tres puntos del Alcorcón y dos por encima del Castilla, su próximo rival el domingo en Riazor. No será un partido definitivo, ni para bien ni para mal, pero sí marcará mucho cómo llegará cada uno de los dos equipos al tramo decisivo del campeonato.

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