Deportivo

Cano se siente en la diana

Considera que en el fútbol actual los entrenadores son “el blanco de todas las críticas” cuando los resultados no acompañan, algo que asume con naturalidad: “Son situaciones que ya he vivido 300 veces”

Óscar Cano observa a Pablo Martínez durante el entrenamiento de ayer en Abegondo. |  // RCD

Óscar Cano observa a Pablo Martínez durante el entrenamiento de ayer en Abegondo. | // RCD / E. Cobas

El técnico del Deportivo, Óscar Cano, analizó ayer la trascendencia del partido de mañana contra el Celta B (19.00 horas) y cómo puede afectar a su futuro en el banquillo de Riazor. “Espero estar el máximo tiempo posible y eso tiene que ver con ganar los máximos partidos posibles”, afirmó el granadino. “Nada nuevo. Son situaciones que ya he vivido 300 veces. No sirve de nada focalizar en aquello en lo que no podemos intervenir”, añadió Cano, convencido de que “la profesión de entrenador no compensa” por los sacrificios que conlleva, sobre todo desde el punto de vista familiar, y también por ser el foco de las críticas cada vez que los resultados no acompañan: “El centro de todo es el entrenador. Si no lo asumes, retírate. El cargo se sobredimensiona. Hay que aceptar que, cuando vienen mal dadas, seamos el blanco de todas las críticas”.

Las hubo contra él, y muy duras, en León tras la derrota ante la Cultural, algo que “no es plato de buen gusto para ningún técnico, pero ocurre semanalmente y va aparejado a lo que es ser entrenador”. “Para mi hijo no es agradable que su padre esté siendo insultado. No me gusta que se falte al respeto”, apuntó sobre algunos insultos que recibió en León, pero al mismo tiempo valoró una vez más la fidelidad incondicional de los seguidores deportivistas, tanto en Riazor como en los desplazamientos. “¿Me puedo quejar de la afición cuando horas después está deseando personarse en Salamanca para arroparnos?”, se preguntó en voz alta en referencia a la rapidez con la que se agotaron las entradas para la visita del siguiente fin de semana al campo de Unionistas.

Antes, llega a Riazor el Celta B, un rival “en buena línea y que hace un muy buen uso del balón”. “De cara al espectador va a ser un partido entretenido”, augura Cano, que tiene “toda la energía orientada en sumar los tres puntos el domingo”. Solo quedan diez jornadas y la desventaja sobre el liderato, en poder del Alcorcón, es de cinco puntos, así que el margen de error se reduce al mínimo. “Es un partido muy importante. A medida que se acerca la orilla, el final, cada encuentro es más importante. Hay tiempo y puntos para alcanzar la primera plaza y eso pasa por ganar el domingo”, argumentó Cano ayer en Abegondo durante una rueda de prensa de más de 40 minutos de duración.

Ve al equipo unido y preparado para salir de la mala racha en la que está inmerso tras tres jornadas sin ganar y con el mazazo de la dura derrota en León todavía reciente. “La unidad del vestuario es una evidencia. No veo ningún tipo de desunión”, zanjó Cano, que agradece las muestras de cariño recibidas en los últimos días: “Esta semana he sentido un montón de detalles que tienen que ver con que el entrenador puede estar pasándolo mal”. Defiende que el grupo que dirige es “a prueba de bombas”, así que no advierte fisuras sino total unidad. También la de Alberto Quiles, que tras la derrota en León expresó públicamente su sorpresa por haber sido sustituido. “Significa que se sentía bien. Está en un momento bueno pero no en el mejor de la temporada. No me sentó mal, ni a mí ni a nadie. No le doy la mayor trascendencia”, recalcó Cano sobre las palabras del pichichi blanquiazul, autor de 10 goles en la presente temporada y que firmó 22 el curso pasado.

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Óscar Cano cruza los dedos a la espera de poder contar mañana con Lucas Pérez, quien ayer se quedó en su domicilio por tercer día consecutivo debido a un proceso febril. Sobre el estado del coruñés, el técnico es “optimista” de cara a que pueda estar finalmente en condiciones de recibir al Celta B. “Siempre soy optimista y más con la gente que tiene esa pasión por estar siempre en el campo”, apuntó el granadino. De momento, el delantero sigue “pendiente de evolución”. “Tiene fiebre que le ha impedido trabajar con normalidad esta semana y veremos qué evolución tiene. Él está con muchísimas ganas de poder jugar”, añadió Cano sobre el futbolista de Monelos, que pondrá todo de su parte por ayudar mañana ante el filial celeste. Solo hay una baja segura para ese encuentro en el equipo coruñés, la de Roberto Olabe, sancionado tras ver la décima tarjeta amarilla.

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